Todo listo para antroxar

El comadreo y el jolgorio carnavalero ya están aquí. A partir de esta noche, cuando las mujeres tomen las calles para celebrar Comadres, la comedia no terminará hasta el próximo martes, 9 de febrero, con el entierro de la sardina. Pero no adelantemos acontecimientos. Antes del fatídico día que devolverá a la ciudad a la cruda y severa realidad, tenemos por delante seis días de festejos. Esta mañana el teatro Jovellanos abre las taquillas para poder comprar las entradas del concurso de charangas. ¡Solo 4 por persona!

Por la noche, les comadres saldrán a la calle a divertirse. Sin hombres, como marca la tradición. Los orígenes de la fiesta son difíciles de definir. Hay quien la atribuye a una antigua festividad romana en la que las nobles patricias eran las protagonistas de una velada a la que los hombres no estaban invitados. Una especie de mundo al revés, al menos por unas horas. Otros afirman que la fiesta empezó con una merienda a las afueras de Gijón. Incluso se contempla la posibilidad de que haya llegado directamente desde Argentina, de la mano de un inmigrante de la Pampa con residencia en Pola de Siero, donde la fiesta se vive muy intensamente. En cualquiera de los casos, la fiesta de comadres no es solo una noche en la que se cena en abundancia y se bebe sidra (o agua) sin moderación. Muchos restaurantes y bares se adhieren a la celebración con un menú especial a base de lechazo, bacalao, picadillo o tortilla de patata, según el local. Aunque lo que nunca falta son los frixuelos y los culinos de sidra.

Esta noche las mujeres salen a divertirse pero también a reivindicar su derecho a hacerlo. La Tertulia Feminista les Comadres, que este año celebra 30 años, hará entrega de los premios Comadre d'oro, con el que premian a profesionales que hayan defendido la igualdad. Y Felpeyu, el castigo para aquellas personas que haya hecho todo lo contrario.

¿Pelayo de qué irá?

Con la clausura de la noche de comadres, la fiesta continúa. Por delante, quedan aún cuatro días de desfase. Aunque el ambiente del antroxu se puede ya sentir -algunos niños han empezado la semana disfrazados-, no será hasta el viernes cuando empiece a hacerse realmente visible por las calles. Y desde entonces, más que nunca, la vida será un carnaval. La alegría, los pitos y los cánticos, con la licencia que dan solo las máscaras, se apoderarán de la ciudad mientras que el aburrimiento y los problemas cotidianos podrán quedarse aparcados hasta nueva orden.

Ya el viernes los antroxeros del oeste saldrán por las calles de La Calzada a partir de las 16.30 en un desfile que empieza y termina en el colegio público Atalía. Con merienda incluida para los más pequeños.

En el paseo de Begoña, centro del carnaval, las actividades empiezan a las 19.45 con el pasacalles charanguero hasta la plaza del Marqués, donde la compañía teatral Higiénico Papel dedicará el pregón al oricio perdido. La sorna está servida. La locuacidad estará presente en cada cita que presida la Sardina y la mordacidad que continuará durante el sábado y el domingo en el concurso de charangas en el Jovellanos. Serán ellos, los charangueros, los encargados de vestir a don Pelayo la noche del viernes. De qué es todo un misterio. Con el rey ya disfrazado, ya no hay excusa para no ponerse el traje. O, mejor aún, ya no hay excusa para no pasarlo bien. Porque, al fin y al cabo, ¿qué es el antroxu sino un estado de ánimo?