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La dama antigua Nadaya Solares, la Mary Poppins Elena González, el erizo Darío Álvarez y la tortuga ninja Alejandro Lorenzo Piedra (de espaldas). :: FOTOS: PALOMA UCHA
Desparpajo y originalidad entre los más pequeños

Desparpajo y originalidad entre los más pequeños

Un total de 59 grupos, parejas y participantes individuales se inscribieron en el XXIV Concurso Infantil de Disfraces

LUCÍA RAMOS

Lunes, 8 de febrero 2016, 01:01

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Derroche de desparpajo, originalidad y ternura. El Teatro Jovellanos acogió en la tarde de ayer el XXIV Concurso Infantil de Disfraces del antroxu gijonés, en el que se registraron un total de 59 inscripciones. La mayoría fueron participantes individuales, pero también hubo varias parejas y grupos. Durante algo más de hora y media, por el escenario pasaron todo tipo de seres, trajes e ideas, arrancando carcajadas y suspiros de ternura entre los asistentes.

Inauguró el concurso la pequeña Lucía Piedra, ataviada como una dulce princesa y seguida de su hermano Alejandro, transformado en una peleona tortuga ninja. A partir de ahí se sucedieron multitud de disfraces, presentados por las creciditas niñas Sara y Luci y una extraña mezcla de bruja y duende. El primero en arrancar esos suspiros de ternura a medio público fue el pequeño Darío Álvarez, quien con solo un año y su disfraz de erizo se metió a todos en el bolsillo. No se quedaron atrás Bruno Martínez, un tierno pollito de nueve meses; Marta García, un conejito de ocho meses; Mateo Martín, un nada temible dragón de sólo siete meses, y Liam Acebal, un croupier de once meses con su mesa de juego incluida.

Otros, como Mario Aboli, de 22 meses, y Manuel García, de 18, causaron furor con sus trajes, de asturianín (sin faltar las madreñas) el primero y de Charlot, el segundo. También gustaron, y mucho, por su originalidad, los disfraces de globos aerostáticos del grupo 'Volando voy, volando vengo', compuesto por los pequeños Borja, Pablo, Candela, Mayra, Cris y Nayara. Algunos no supieron si reír o «morir de amor», como apuntó la sardina Gondolina, con 'La fregonetina', un simpático disfraz con carricoche convertido en cubo de fregona y la pequeña de dos años Valeria Fernández ataviada cual mocho. Un poco más mayores, pero con las mismas ganas, irrumpieron en el escenario Andrea Méndez, de diez años; Nuria Fernández, de once, y Pablo Martínez, de diez. La primera lo hizo con un elaborado disfraz de máquina de coser que despertó la admiración de todos; la segunda, vestida de Maléfica, batiendo unas terroríficas alas, y el tercero con un disfraz muy de la tierra: un 'Isidrín'.

En el concurso hubo lugar también para creaciones un poco más abstractas, como los impresionantes trajes elaborados a base de cajetillas de tabaco que lucieron las hermanas de seis y diez años Lucía y María Fernández o el vestido de corcho y madera dedicado a la música con el que se presentó Aroa Calvo.

Desfile con 15 grupos

Un total de 15 grupos, dos más que en la fase de escenario, participaron al mediodía en el XXII Desfile Infantil de Disfraces, que arrancó en el Parchís y finalizó en el paseo de Begoña. Pese a que unos minutos antes de la hora convenida cayeron unas tímidas gotas de lluvia, el tiempo finalmente se portó y la comitiva pudo llevar a cabo su paseo con normalidad. A los grupos que el sábado llevaron su energía a las tablas del Jovellanos se sumaron ayer el grupo Familiar Cadaval y la Candy Pandi. Los primeros trajeron a la ciudad el misterio de Oriente con su dragón 'Gojín' y los segundos se ganaron a los adictos al móvil con una interpretación del popular juego 'Candycrush'.

El martes se conocerán los nombres de los ganadores del concurso y el desfile.

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