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De pie, Beatriz Menéndez vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza, y María José Pablos, la nueva responsable en Gijón. En la mesa, Miguel Rodríguez, Carmen Moriyón e Hilario Paz.
Bienvenida al Teléfono de la Esperanza

Bienvenida al Teléfono de la Esperanza

La ONG se presentó en la ciudad con un recuerdo a Gonzalo Mieres, su impulsor

ALEJANDRO CARANTOÑA

Sábado, 28 de mayo 2016, 02:40

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Han sido dos días para festejar cinco años. Son los que han transcurrido desde que en 2011 comenzase el trabajo «lento pero seguro» que desembocaba, hace dos meses, en la apertura de la sede local en Gijón del Teléfono de la Esperanza en Asturias. Ayer y anteayer, tocaba celebrarlo.

Ha habido talleres, conferencias y una fiesta, todo ello coronado con el acto celebrado ayer en el Centro de Cultura Antiguo Instituto: allí estaban para darle la bienvenida al Teléfono el gerente del Área Sanitaria V, Miguel Rodríguez y la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, arropada por las concejalas de Bienestar Social, Eva Illán, y de Educación, Montserrat López.

En el público, una nutrida representación de los 104 voluntarios que el Teléfono tiene en Asturias -aproximadamente una cuarta parte, de Gijón-, encabezados por su presidente, Hilario Paz, su vicepresidenta, Beatriz Menéndez, y la flamante responsable de Gijón, María José Pablos, enfermera jubilada del Hospital de Cabueñes. Ya desde la primera intervención de Menéndez y de Pablos apareció una figura más, una que todos quisieron reivindicar y recordar: la de Gonzalo Mieres, ínclito colaborador de EL COMERCIO de cuyo fallecimiento se han cumplido esta semana dos años y quien, allá por 2011, «nos impulsó a emprender el camino», en palabras de María José Pablos.

«La salud va más allá»

Paz también se acordó de Gonzalo Mieres en el abundante capítulo de agradecimientos, «no solo a voluntarios y colaboradores, sino al pleno apoyo que siempre hemos recibido». Por su lado, tanto Rodríguez como Moriyón duraron poco en el rol puramente institucional: su trayectoria en Sanidad se traslucía en el «honor» entusiasta que exhibió la alcaldesa o los elogios para con la oenegé en que el gerente se deshacía. Este empezó por subrayar la «importancia del trabajo» realizado: «Nosotros nos dedicamos al diagnóstico, al control y al tratamiento», explicaba. «Pero la salud va más allá. La salud no es solo ausencia de enfermedad», explicaba en referencia a las más de siete mil llamadas atendidas solo en Asturias en 2015 y a las conferencias, terapias de grupo e individuales que ofrece el Teléfono de la Esperanza. «No podemos llegar a todas partes y es ahí donde oenegés como éstas realizan su labor. Nos ponemos a su disposición», concluía.

Moriyón retomaba sus palabras: «El bienestar social es algo más que el cuidado del cuerpo, del que hoy se habla mucho. Y se habla muy poco del de la mente, que es igual de importante o más». Así enfatizaba el trabajo «cualificado, preventivo y gratuito» realizado por la institución, que además ha cumplido, en 2016, los 40 años de servicio en Asturias.

La víspera se había celebrado, en la misma sede y enmarcado en los mismos fastos, una conferencia de la prestigiosa psicóloga Carmen Vázquez, introductora en España de la terapia Gestalt y voluntaria del Teléfono. Ante un auditorio abarrotado (de voluntarios y de psicólogos libreta en ristre), resumía con brevedad el sentido y dinámica del trabajo: «Al cabo del día veo a diez pacientes. Ni diez depresiones, ni diez bipolaridades... veo a diez personas distintas con sus vidas, sus circunstancias». Esto es, una «escucha activa», como la definen, al otro lado del 985 22 55 40. Anónima, confidencial, las 24 horas y todos los días del año. «Enhorabuena», remataba la alcaldesa, «por creer en las personas.»

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