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Foto de familia de los premiados junto a las autoridades académicas y los representantes de las empresas.
Robots 'koala' y lectores mentales

Robots 'koala' y lectores mentales

Diecisiete empresas premian a «la crème de la crème» de la Escuela Politécnica

Lucía Ramos

Jueves, 2 de junio 2016, 02:47

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«Sois lo mejor que tenemos. Sois nuestro futuro. Os inculcamos la semilla del conocimiento para que podáis prosperar en tiempos difíciles. Eso sí, recordad vuestros orígenes, pues en nuestras raíces está la esencia de lo que somos». Con estas inspiradoras palabras daba por terminado el vicerrector de Organización Académica de la Universidad de Oviedo, Juan José del Coz, el acto de entrega de la quinta edición de los premios que la Sociedad de Partners de la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) otorga cada año a los mejores trabajos de fin de estudios de sus alumnos. Unos galardones que, según señaló el director de la EPI, Juan Carlos Campo, «ofrecen un punto de encuentro entre la 'crème de la crème' de los estudiantes y las empresas más implicadas con la sociedad».

«Estos premios tienen un cariz especial, pues con ellos la Sociedad de Partners reconoce el esfuerzo, la dedicación y el talento de los estudiantes. Son éstas unas cualidades escasas que debemos inculcar y reforzar», apuntó la directora general de Universidades e Investigación del Principado, Cristina Valdés. Juan José de la Coz se mostró de acuerdo y agregó que galardones como éste contribuyen a «acercar al alumnado al tejido empresarial y a mejorar su empleabilidad». En este sentido, Campo apuntó que los Premios Partners son «el mejor mecanismo para integrar los conocimientos que los alumnos adquirieron durante sus estudios y el desarrollo de otro tipo de capacidades, como la de dominar la comunicación oral y escrita, algo muy valorado en el mercado laboral. Porque aquí miramos a la empresa sin complejos», manifestó.

Diferenciación

El decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Asturias, Esteban Fernández Rico, por su parte, incidió en la importancia de que «las prácticas de estudiantes en empresas aporten un valor añadido a estas últimas, para hacerlas más competitivas». Rico se refirió también al Proyecto Generador de Talento que está desarrollando el colegio y que pretende mejorar la inserción laboral de los jóvenes ingenieros ayudándoles a diferenciarse «reforzando sus capacidades de emprendimiento, innovación y mejora continua». Para ello proponen «talleres que estimulen la creatividad, prácticas en empresas que acerquen a los alumnos a la realidad empresarial y formación en herramientas de gestión participativa».

En el acto también estuvo presente el concejal de Actividad Económica, Fernando Couto, quien, al igual que sus compañeros de mesa, valoró que los premios alcanzasen ya el lustro. «Reconocen la voluntad de trabajo, personal y profesional, en un ámbito restringido como es el universitario», señaló. Indicó también que «el alto compromiso que muestran las empresas asturianas con la formación y el desarrollo local debe ser correspondido desde instituciones como el Ayuntamiento y la Universidad».

El edil aprovechó para anunciar que mañana se firmará el contrato para la construcción de la residencia universitaria del campus gijonés con la empresa adjudicataria y recordó que lugares como la Milla del Conocimiento ponen a Gijón al nivel de lugares como Noruega y Suiza en el ámbito de la innovación.

Personal siempre localizado

Los 17 proyectos seleccionados en esta ocasión no tienen nada que envidiar a las más punteras investigaciones realizadas por las grandes corporaciones científicas. Propuestas como el algoritmo diseñado por María Caamaño para poder obtener la posición real de una persona cuando camina por espacios interiores, donde la señal GPS no tiene alcance, utilizando únicamente los sensores contenidos en un smartphone y sin necesidad de desplegar ninguna infraestructura previa en el edificio, pueden ser sumamente útiles para tener siempre localizado al personal sanitario y de seguridad de un complejo, o a los pacientes de un centro asistencia, por ejemplo.

El graduado en Telecomunicaciones Alberto Castaño, por su parte, diseñó una interfaz cerebro máquina para «ayudar a las personas con problemas de comunicación, como pueden ser los afectados por esclerósis lateral amiotrófica, a comunicarse mediante un lector de ondas cerebrales» y la ingeniera técnica industrial Alexandra Borja decidió desarrollar una versión mejorada del KoalaBot de la Universidad de Oviedo. «Es una plataforma robótica que puede ascender postes y aprovechar esa posición 'privilegiada' para efectuar labores de mantenimiento y vigilancia, entre otras muchas. Mi versión, además de ser mucho más pequeña que la original, tiene capacidad de comunicación vía 'bluetooth' para poder manejarlo desde un dispositivo móvil», explicó la joven.

Algunos de los premiados no pudieron acudir a la ceremonia, pues se encuentran estudiando y trabajando fuera de la región.

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