Borrar
La doctora Cecilia Díaz Méndez, durante su ponencia en el Antiguo Instituto.
«La única forma de coordinar nuestros  caóticos horarios es comiendo juntos»

«La única forma de coordinar nuestros caóticos horarios es comiendo juntos»

Las primeras jornadas de divulgación científica 'Aliméntate con Ciencia' pusieron el foco sobre el particular horario español de comidas y sus causas

ÓSCAR PANDIELLO

Miércoles, 15 de junio 2016, 02:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Entre las muchas peculiaridades de España, la de los horarios alimenticios es una que destaca con fuerza propia. No es difícil comprobarlo. Al viajar por Europa, se puede comprobar que la conciliación de las comidas-así como la distribución de las mismas- es radicalmente distinta a la de nuestros vecinos comunitarios.

Según Celia Díaz Méndez, doctora en Sociología por la Universidad de Oviedo, las estadísticas no engañan: «Comemos, de media, dos horas más tarde que en el resto de Europa. Ellos almuerzan entre las doce y la una y cenan entre las seis y las ocho».

La pregunta surge inmediata: ¿Cuáles son las particularidades que hacen de España un país en el que se come tan tarde? Para la doctora, la respuesta no resulta tan obvia como cabría esperar. «Los españoles tendemos a ajustar nuestros horarios, sea cual sea nuestro ritmo de vida, para comer junto a los últimos familiares que salen de trabajar», explicó Díaz Mendez ante el abarrtotado salón de actos del Antiguo Instituto, «es la única forma de coordinar nuestros caóticos horarios».

Al analizar los datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística, comprobamos que el 48% de los españoles comen entre las 14 y las 15 horas. Y no son los más rezagados. El 18% de los encuestados disfrutan de la primera comida fuerte del día entre las 15 y las 16 horas. Más de cuatro horas de diferencia respecto a algunos países europeos como Alemania, Francia o Italia.

A diferencia de lo que se tiende a pensar, no es el clima el que justifica dicho desfase. Tampoco lo son la edad o la demografía: «Analizando las estadísticas podemos comprobar que no influye en los horarios la época del año, si eres jubilado, empresario, ama de casa, si vives en el pueblo o en la ciudad», sintetizó la socióloga.

Desde diversos sectores empresariales, según Díaz Méndez, se ha defendido la «necesidad de 'europeizar' nuestros horarios de cara a asegurar una mejor productividad». Para la investigadora no hay «datos concretos» que apoyen dicha tesis, además de la dificultad para defender un horario europeo único.

«¿Tiene sentido, entonces, plantearse un cambio de horario en España?», se pregunta la profesora universitaria durante la charla.

«No hay certeza empírica de que nuestros horarios sean malos para nuestra salud», explicó antes de apuntillar que, «sin ser nutricionista, es obvio que eliminando las comidas potentes durante las últimas horas del día mejoramos en bienestar». O, lo que es lo mismo, «olvidar el puchero antes de irse a la cama».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios