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Embarcaciones de la regata de Le Figaro atracadas en el Puerto Deportivo en 2004, una de las cuatro pruebas internacionales de ese año.
El Puerto Deportivo cumple tres décadas con un turismo náutico en horas bajas

El Puerto Deportivo cumple tres décadas con un turismo náutico en horas bajas

El número de barcos en tránsito se redujo en 250 en la última década y El Musel reconoce que no hay ningún tipo de acuerdo de promoción con el Ayuntamiento

ANDRÉS PRESEDO

Domingo, 28 de agosto 2016, 01:15

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Nació en 1986 con muchas ilusiones y no pocos proyectos. El Puerto Deportivo, además de mejorar la fachada marítima, se proyectaba como un foco de atracción turística, como una forma de generar riqueza, sobre todo con sus visitantes extranjeros. Ahora, cumple 30 años y lo hace con un verano sin una sola regata internacional y el tránsito de barcos en horas bajas.

En 2004, el Puerto Deportivo de Gijón recibía, en la temporada estival, cuatro prestigiosas regatas internacionales. A saber: La Barquera, la Asturgascogne, la Petit Bateau y La Solitaire Afflelou Le Figaro. Los pantalanes destinados a embarcaciones en tránsito tenían una ocupación nunca vista. Con 1.037 barcos, se pasa de esa cifra mágica del millar de atraques. Solo en 2001 se había logrado una marca similar, con 1.004 barcos en tránsito. Los pantalanes del Puerto Deportivo de Gijón empezaron a estar operativos en la dársena local allá por 1986. Empezaban, por entonces, a dar su fruto a la ciudad, a revertir en una actividad con importante capacidad económica para importantes sectores, en especial al de servicios.

El turismo náutico, se entendió, mueve mucho dinero y a personas que, se presume, tienen un elevado nivel adquisitivo. Recalar en el puerto local, así se planificó desde el primer momento por las instituciones, era promover una actividad económica a la que Gijón no podía renunciar. A la vez, hubo una espectacular renovación de la fachada marítima, con la recuperación del deteriorado entorno de la calle de Rodríguez San Pedro, que supuso una inversión de más de mil millones de pesetas, y se trabajó en el desarrollo del denominado 'concepto puerto-ciudad'. Todo se había planificado para rentabilizar un puerto deportivo con unos servicios al más alto nivel y buscando un beneficio para la ciudad.

2004 marcó de alguna forma un punto de inflexión. Gijón estuvo presente en los salones náuticos de Londres, Dusseldorf, Barcelona y París y albergó los campeonatos de Asturias de Clase 595 y de Match Race. De forma simultánea, entraron en tránsito en los pantalanes locales 577 barcos franceses, 190 del Reino Unido, 42 de Holanda o 17 de Bélgica, por citar los países más representados. La gestión del Puerto Deportivo, en aquel entonces, estaba en manos de la empresa Gama y controlada desde el ámbito público a través de la Autoridad Portuaria de Gijón.

En 2006, sin embargo, los responsables de El Musel decidieron privatizarlo, su gestión y promoción. Hasta ese momento, bien el Principado, el Ayuntamiento o, incluso, la Autoridad Portuaria aportaban fondos para la promoción internacional del Puerto Deportivo. Desde entonces, ya en manos privadas y con el efecto de la crisis, sumado a una casi total falta de programación y de previsión, la trayectoria siguió un demostrado declive. Se acabaron los fondos públicos y las consecuencias fueron severas.

En 2015, último del que se dispone de estadística completa, recalaron 784 embarcaciones, a las que se podrían sumar otras 87 de Marina Yates, ubicada en El Musel. La instalación ya cambió de manos y hasta el consejo de la Autoridad Portuaria reconoció, ya en 2013, que el plan de inversiones para el Puerto Deportivo era inviable por el descenso de actividad en el mismo.

Expectativas incumplidas

Los planes iniciales, cuando se adjudicó la privatización en 2006 se habían venido abajo. Pese a ello, según la información oficial de la Autoridad Portuaria, la empresa adjudicataria cumplió, incluso al alza, se asegura, los compromisos de inversión en el periodo 2005-2010. La inversión global prevista era de 1.353.800 euros. De ellos, 1.105.000 estaban destinados a los pantalanes. Según El Musel, esa inversión fue de 1.385.704 euros, es decir, 31.904 más. Sin embargo, en 2012 el concesionario presentó a la Autoridad Portuaria un informe justificativo de aplazamiento de inversiones basado en el descenso de actividad. Los responsables de El Musel reconocieron entonces que «en el estudio económico inicial, el plan de inversiones iba asociado a la ocupación de amarres del Puerto Deportivo y a la previsible necesidad de disponer de nuevos amarres para el crecimiento de la demanda. A finales de 2012, la ocupación de puestos de amarre, derivado de la recesión económica, con 250 amarres libres, aconsejó una modificación del plan de inversiones previsto, que fue aprobada por el consejo de administración del 20 de diciembre de 2013».

En el citado texto se menciona que «las circunstancias sobrevenidas, de todo tipo, han modificado considerablemente el contexto en el que se presentó la oferta del plan de inversiones» y, apunta, «se propone que el compromiso inversor pendiente de realizar por la UTE Puerto Deportivo quede fijado en la cantidad máxima de 500.000 euros a ejecutar en 2018, siempre que se cuente con financiación ajena, con una amortización de la inversión hasta 2025 y con un nivel de ocupación en 2018 de 550 barcos de base y una progresión del fin de la concesión de un 3%».

El Musel reconoce que la actividad del Puerto Deportivo no ha cumplido las expectativas creadas y, a la vez, asegura que «no se ha incumplido el plan de inversiones». Era el 20 de diciembre de 2013. El máximo accionista de la UTE ya, a día de hoy y desde hace un año, no es el mismo. Según ha trascendido, la intención del actual concesionario es pedir una ampliación de la gestión, que finaliza en 2025. Para ello, tendría que justificar un mínimo del 20% de inversión sobre la tasación del valor de la concesión, valor que ha bajado de forma importante por la falta de renovación de las instalaciones, en especial de los pantalanes, muchos de los cuales aún perviven desde hace treinta años, dando una imagen poco adecuada al Puerto Deportivo local.

Tampoco el Consistorio se ha implicado en la promoción del turismo náutico en la ciudad. De hecho, así lo hace constar la propia Autoridad Portuaria en un documento interno: «No existe, en este momento, ningún tipo de acuerdo entre los puertos deportivos (Gijón y Marina Yates) con el Ayuntamiento de Gijón en temas de promoción turística». Todo ello pese a que sí tenía ese plan para promover el Puerto Deportivo en el exterior, un plan suscrito en octubre de 2011, poco después de la llegada de Foro al gobierno municipal, por Luis Vilo Sainz, nombrado expresamente por la alcaldesa para esos fines vinculados con el mundo de la vela.

Unos planes sin ejecutar

En el mismo se habla, entre otras cosas, de que «nuestra primera línea de actuación en este sector se llevaría a cabo en Francia, dándonos a conocer en el mercado europeo, con la organización y promoción de regatas internacionales de gran prestigio como: la Vuelta a Europa, La Solitaire du Figaro, La Barquera, La Asturgascogne... consolidando nuestra presencia en el calendario náutico francés, permitiéndonos llevar a cabo una expansión dirigida a otros países: Reino Unido, Alemania, Países Bajos y norte de España».

Nada o muy poco se hizo luego a ese respecto. Los planes del equipo de gobierno de Foro allí descritos apenas tuvieron su reflejo en alguna regata internacional, pero casi testimonial. Las pruebas internacionales, la promoción al exterior, parece haber quedado en el olvido. Mucho coste, aseguran, para poco rendimiento.

En todo caso, en ese plan de intenciones de Foro en su primer mandato también se hacía expresa mención a promover el Puerto Deportivo en todo tipo de foros internacionales. Todo ello, en 2011. En la actualidad, para ejemplo este mismo verano, no recalará regata internacional alguna, Gijón no ha tenido presencia en ningún foro internacional para 'vender' este producto concreto y el Ayuntamiento parece buscar ahora fórmulas de promoción de las actividades náuticas estrictamente a nivel local.

Se cumplen 30 años desde que se colocara el primer pantalán en la dársena local (algunos siguen siendo los mismos), pero el turismo náutico no ha florecido como se anunciaba por aquel entonces. Los datos así lo avalan. Gijón ha ido perdiendo su lugar preponderante en la cornisa cantábrica.

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