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MARCOS MORO
Viernes, 30 de septiembre 2016, 01:34
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El Club de Empresas de Turismo de Negocios amplió ayer su cuadro de honor de 'Embajadores de Gijón' con la entrega de sus distinciones anuales a Pedro Alonso Velázquez, director del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Oviedo, y Enrique Pérez, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Asturias. Este último con carácter honorífico por los quince años que cumplió el colectivo empresarial que entrega los premios y preside actualmente Álvaro Muñiz.
El profesor universitario, a cuyas gestiones personales se debe la organización de tres relevantes reuniones científicas en la ciudad en 2009, 2011 y 2016, avanzó que ya prepara traer un cuarto congreso en 2018. Un simposio de la Sociedad Española de la Enseñanza e Investigación en Matemáticas que reúne anualmente a 200 expertos en la materia. El último encuentro se celebró este año en Málaga y la sede de 2017 está comprometida, por lo que Alonso confía en que Gijón se convierta dentro de dos años en referente en este campo.
Joaquín Mateos, recordado
El matemático destacó que el premio recibido es fruto de «un trabajo en equipo», pero también «un reconocimiento a una ciencia tan denostada como son las matemáticas». Una ciencia de la que reivindicó «la importante presencia que tiene en la naturaleza (recordó que la sucesión de Fibonacci está en el movimiento de un girasol) y en cualquier ámbito de la actividad humana». También destacó su utilidad práctica para la modelización de fenómenos naturales con los que poder predecir su comportamiento. Y puso el ejemplo del «eficaz algoritmo y las teorías matemáticas que lo sustentan» que están detrás del motor de búsqueda más importante de internet, el de Google.
Alonso también quiso dedicar el premio a su mujer Ana y a su hijo Fernando. También a la Universidad de Oviedo, de la que ensalzó «su esfuerzo para poner el conocimiento al servicio de la sociedad asturiana en una ciudad cuyo emblema es la Milla del Conocimiento». El nuevo embajador recordó durante su discurso a Joaquín Mateos, quien fuera director de la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales y que falleció el pasado año.
Los limones y Unamuno
El decano del Colegio de Ingenieros Técnicos aseguró recibir con «responsabilidad, gratitud, emoción e ilusión» su distinción como embajador honorífico de Gijón. Destacó que los encuentros de ingenieros técnicos industriales de toda España que lleva auspiciando desde la década de los noventa en el marco de la Feria Internacional de Muestras «han contribuido a prestigiar la imagen de su profesión y la de Gijón». «Somos fuertes en el área de la internacionalización gracias a Sabino García Vallina, presidente de TSK», señaló Pérez, quien explicó al publico que «fui un chaval leal con los demás y conmigo mismo que dio importancia a dejar buena sabor en la memoria».
Tuvo tiempo el decano para hacer gala de su sportinguismo, referirse a los limones con los que prepara sus famosos cubalibres y contar una anécdota, cuando Unamuno recogió una condecoración de manos del rey Alfonso XIII. «Majestad es un honor que me dé este premio que tanto merezco», espetó el escritor. El monarca, ante tal muestra de sinceridad, le confesó que la mayoría de premiados decían no merecerla. «En el caso de los otros, efectivamente, no se la merecían», volvió a la carga Unamuno.
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