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«Sería idóneo tener una sala común con  la Policía Local para coordinarnos todos»

«Sería idóneo tener una sala común con la Policía Local para coordinarnos todos»

«La Noche de los Fuegos fue crítica en seguridad antiterrorista. Usamos por vez primeras 'jerseys' para cerrar el Muro y evitar atentados como en Niza»

OLAYA SUÁREZ

Domingo, 9 de octubre 2016, 02:07

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Dámaso Colunga Alonso (Gijón, 1962) lleva dos años al frente de la Comisaría con más volumen de trabajo de Asturias. Hace un balance «muy positivo», pese a que ha visto reducida la plantilla en un 15%. Aún así, ha conseguido mantener, e incluso reducir, la tasa de criminalidad en «una de las ciudades más seguras de España». La suya.

Antes de nada, ¿cómo se encuentra de salud después de la indisposición que sufrió durante la jura de bandera?

Estoy bien. Agradezco mucho las muestras de cariño que he recibido estos días y solo decir que seguiré aquí por mucho tiempo. Claro, si la Dirección General de la Policía así lo estima.

Después de 38 años de servicio, la Comisaría de Gijón se queda sin sala del 091. ¿Supone una pérdida de autonomía?

La idea no es mala, pero así de golpe que nos quedemos sin sala... Es una forma de optimizar recursos, el proyecto surge de mi época en Oviedo, aunque inicialmente la idea era que Gijón conservase la sala. En la última revisión, en la que yo ya no intervine, se decidió centralizar en Oviedo también la de Gijón. Veremos a ver cómo funciona, entendemos que bien.

¿No será un poco complicado controlar lo que pasa a 28 kilómetros?

En otros sitios como en Madrid (con casi veinte comisarías de distrito) ya se han centralizado las salas y la experiencia está resultando buena. Pero está claro que si funciona mal el responsable de lo que pase aquí soy yo. Si gestionan mal los vehículos, va a repercutir en el trabajo de la Comisaría de Gijón.

¿Habrá más cambios en la Comisaría?

No, se va a quedar exactamente igual.

Si de usted dependiese, ¿modificaría algo?

Me gustaría poder disponer de una sala conjunta la que estuviéramos en el mismo espacio la Policía Local y la Policía Nacional. Trabajar físicamente juntos en la misma sala pero manteniendo los números de nuestras centralitas y emisoras ayudaría a mejorar la coordinación. Habría un responsable de cada cuerpo y en el momento de recibir la llamada se decidiría si enviar un coche de la Policía Local si los nuestros estuvieran ocupados, por ejemplo.

Pero es justo lo contrario a lo que tiene previsto la Dirección General de la Policía.

Es lo que a mí me gustaría por operatividad, no lo que se va a hacer.

¿Cómo influye el nivel 4 de alerta terrorista en el trabajo diario de la Comisaría?

Conlleva intensificar el control de nudos de comunicaciones, como estaciones de trenes, de autobuses, hoteles... Nosotros ya lo veníamos haciendo anteriormente como trabajo rutinario, así que en ese aspecto hemos variado poco nuestra forma de proceder. Controlamos también las infraestructuras críticas básicas que puedan ser objeto de ataques, como gasolineras, depósitos de agua, combustible... Estamos coordinados con la Policía Local y con la Guardia Civil.

¿Ha habido temor por las aglomeraciones de gente durante al verano?

Tanto el día de la exhibición aérea en San Lorenzo como en la Noche de los Fuegos se extremaron las precauciones. Había miedo porque estaba muy reciente el atentado de Niza en un entorno similar. En la exhibición salimos un poco al paso, trajimos vehículos grandes y cortamos todas las entradas al Muro. En los Fuegos optamos por utilizar por primera vez en Gijón unos dispositivos denominados 'jerseys': unos cubos enormes que se llenan de agua y que pueden alcanzar un peso de una tonelada. Sirven para cortar las calles después de que los bomberos los hayan llenado de agua. Al acabar se vacía el agua y se pueden manejar con facilidad. Se colocaron en el Piles, en Cabrales, en el Náutico y Palacio Valdés.

¿Hubo alguna amenaza específica para organizar tal despliegue?

No, pero el nivel de alerta así lo requería. Fue el día más crítico en cuanto a prevención antiterrorista se refiere, las similitudes con Niza existían y las aglomeraciones de gente hacen más difícil el control. Atentar con esas medidas de seguridad era muy difícil, aunque no imposible.

¿Se ha intensificado el control de la población musulmana residente en la ciudad a raíz de los últimos atentados en Europa?

Siempre hemos tratado de conocer quién vive entre nosotros, pero el colectivo árabe es gente trabajadora, moderada y hasta el momento no ha dado ningún tipo de problema. Me atrevería a decir que en Gijón no tenemos ningún elemento radicalizado, por lo menos que tengamos detectado. Hacen su vida normal acorde a sus creencias, sin generar problemas, por lo menos policiales. Muchos llevan muchos años aquí.

En los últimos años la plantilla de la Policía Nacional en Gijón se ha visto notablemente reducida. ¿Ha repercutido en la seguridad en la calle?

Los niveles de seguridad de los últimos años se mantienen y estamos muchísimo mejor que en 2008. Las tasas de respuesta no han aumentado, el número de delitos se mantiene en los mismos niveles, es decir, que pese a que tenemos menos gente, no ha repercutido negativamente en la calle. Pese a las dificultades, seguimos sacando los suficientes coches a patrullar y la tasa de respuesta es muy baja, de 2,92 minutos hasta que llega al lugar del suceso. La media del país está en torno a 5 ó 6 minutos.

¿Cuántos policías serían necesarios para dar un servicio óptimo?

Ahora somos unos 400 en esta Comisaría y lo ideal sería entre un 15 y un 20% más. Este años ha habido 18 bajas (12 jubilaciones, un fallecido y cinco personas que pasan a segunda actividad) y solo se ha repuesto un efectivo. Intentamos optimizar los recursos de los que disponemos, pero hay servicios en los que no podemos recortar, por ejemplo en Seguridad Ciudadana, tiene que estar cubierto por lo menos con cinco coches patrullas y dos camuflados está cubierto.

Ha habido, sin embargo, un repunte de robos en viviendas que causó una importante alarma vecinal.

Tuvimos un pico muy preocupante en primavera. En dos meses hubo medio centenar de robos en pisos, se detuvo primero a dos ciudadanos croatas y más tarde a tres rumanos como autores de 33 robos. En los primeros nueve meses ha habido dos robos más en viviendas que en el mismo periodo del año pasado. Acabaremos 2016 con entre 90 y 100, lo que supone la misma media que en los últimos años. Los robos suponen el 1,8% del total de infracciones, aunque es cierto que este tipo de delitos causan una importante alarma ciudadana porque supone que entren en tu espacio, en el de tu familia, donde tienes tus cosas... Aún así, podemos decir que Gijón es una ciudad muy tranquila y sobre todo los últimos meses donde todo parece muy calmado.

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