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Un empresario afronta dos años de cárcel por un accidente mortal en el Puerto

Un operario de 25 años falleció en enero de 2014 al estallar la tapa de una cuba en la explanada del parque de carbones

O. SUÁREZ

Miércoles, 26 de octubre 2016, 07:54

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El accidente laboral ocurrido en enero de 2014 en el parque de carbones de Aboño, en El Musel, que se cobró la vida de un joven operario de 25 años, llega hoy a juicio. El fiscal solicita dos años de prisión para el empresario, jefe del fallecido. «El trabajador de la empresa, con la categoría profesional de palista y jefe de planta, se encontraba desempeñando su trabajo. En un momento dado, cuando iba a limpiar los viales y la báscula, siguiendo las instrucciones de su jefe -el acusado, administrador único y máximo responsable de las materias de prevención de riesgos laborales en la empresa-, y como no había instrumentos para realizar esas tareas, pidió prestado a otra empresa una cisterna remolcada por un tractor», relata la fiscalía. Cuando se disponía a rellenar de agua la cisterna, «la compuerta de ésta y sus pernos reventaron y salieron disparados, golpeando al trabajador y causándole la muerte».

«El accidente se produjo como consecuencia de un exceso de presión en el interior de la cuba, por llenado incorrecto de la misma, sin que actuara la válvula de seguridad», añade la acusación pública. El único procesado, administrador único y gerente de la empresa para la que trabajaba la víctima, «incumplió de manera absoluta las obligaciones derivadas de su cargo, en especial las asumidas en materia de prevención de riesgos laborales», señala el fiscal en su escrito de calificación.

Considera que «fue él quien dio la orden al trabajador fallecido para que limpiara los viales y la explanada de carbones y, sin embargo, no comprobó personalmente, o a través de otra empresa encargada al efecto, el equipo de trabajo causante del accidente antes de que fuera utilizado por su trabajador, ni formó ni informó al trabajador fallecido sobre su manejo antes de que lo utilizara».

El procesado, supuestamente, «ordenó a su empleado la utilización de equipos de trabajo peligrosos, asumiendo la realización de trabajos con equipos ajenos al control de la propia empresa, sin haber realizado comprobaciones previas y periódicas de los mismos». Apunta el fiscal que los hechos son constitutivos de un delito contra la vida y salud, en concurso con un delito de homicidio imprudente.

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