Noventa cirugías por fracturas de cadera al año

Las fracturas de cadera en personas mayores están a la orden del día. Mucho más si cabe en Asturias, una región altamente envejecida, donde tres de cada diez personas supera los 65 años. Se estima que en el año 2025, es decir, en menos de una década, habrá al año cerca de 80.000 españoles en edad de jubilación que se partirán el fémur y que necesitarán, por tanto, un recambio de su maltrecha anatomía. Atento a esta realidad, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) y el Hospital de Cruz Roja de Gijón han puesto en marcha un innovador programa quirúrgico, dirigido pura y exclusivamente a pacientes mayores que hayan sufrido una rotura de cadera. Hasta hace poco, este tipo de enfermos eran intervenidos en el Hospital de Cabueñes, donde ingresaban a través de Urgencias. Con la idea de aligerar los quirófanos del hospital público donde se hacen más de 350 cirugías de este tipo al año y aprovechando la especialización geriátrica de Cruz Roja, el Principado aprobó en 2016 la puesta en marcha de un programa de ortogeriátrico similar al implantado hace años en Oviedo, entre el HUCA y el Hospital Monte Naranco.

El plan arrancó el pasado mes de abril y en los quirófanos de la calle Uría ya llevan operados a noventa pacientes, explican el geriatra Francisco Suárez y el traumatólogo Carlos Lozano. La idea, avanza el gerente del centro concertado, Pedro Herce, es alcanzar en 2017 las 120 operaciones, aunque el hospital tiene capacidad para hacer, por lo menos, unas 150 al año. El balance de lo desarrollado hasta ahora «es altamente satisfactorio», explican. Y lo es tanto para el centro hospitalario como «sobre todo, para los enfermos». Cruz Roja cuenta con un área de rehabilitación muy especializada en este tipo de lesiones, por lo que una vez intervenido, el paciente comienza la recuperación inmediatamente. «La rehabilitación precoz es fundamental para conseguir una pronta mejoría», indican los especialistas.

En pie dos días después

Aunque el programa de ortogeriatría va dirigido a personas con fractura de cadera que hayan cumplido los 65 años, «la mayoría de las personas que hemos intervenido son todavía más mayores, ya que tienen en torno a ochenta años». El perfil responde mayormente a mujeres, que son las que suelen padecer más patologías en sus huesos y por tanto son más propensas a padecer estos latosos traumatismos.

El paciente, si el estado clínico lo permite, es operado a las 24 o 48 horas de haber sufrido la lesión. «En algunos casos tenemos que esperar unos días porque el enfermo está tomando Sintrom u otra medicación que debemos suspender». Tras la cirugía, apenas dos días después «ya los intentamos poner de pie y que empiecen a caminar», detallan. Las estadísticas indican que la mitad de los intervenidos recuperan la autonomía que mostraban antes de la fractura, de ahí la importancia de actuar de forma precoz. «Al operar los pacientes aquí, ya puedes programar sus sesiones de rehabilitación desde que salen del quirófano. Es un trabajo más multidisciplinar, donde el enfermo es el centro de todo», abunda Carlos Lozano. En el programa no solo intervienen traumatólogos, anestesistas y geriátricas, también hematólogos y fisioterapeutas, otra pieza fundamental del proceso, y asistentes sociales. «Muchas de estas personas viven solas por lo que hay que hacer una labor importante, contactar con sus familias, y buscar un mejor entorno para cuando salgan del hospital», afirma Francisco Suárez.

600 casos por cien mil

Las fracturas de cadera son un problema que irá a más. La incidencia actual es de 600 casos por cien mil habitantes, una cifra nada desdeñable en una región donde el índice de envejecimiento se agudiza año a año. El equipo de ortogeriatría lo componen, además de Lozano y Suárez, los traumatólogos Jonhatan Riego y Nicolás Rodríguez, los geriatras Beatriz García y Luis Hevia, además del jefe de anestesia, Eduardo Vior. Los profesionales operan una media de tres pacientes semanales. La estancia de estos enfermos suelen prolongarse entre quince y veinte días.

Cruz Roja celebró unas jornadas en noviembre pasado. A la misma asistieron responsables del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, de Ávila, y que cuenta con uno de los programas de ortogeriatría más avanzados del país. De hecho, este hospital tiene en marcha la creación del primer registro de cirugías de fracturas de cadera de España, del que próximamente formará parte también Cruz Roja de Gijón. En el mismo participan medio centenar de hospitales. De Asturias estarán además de Cruz Roja, Cabueñes, el HUCA y el Monte Naranco.