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Uno de los pórticos de la terminal granelera.
La merma de tráfico ayudó a la EBHI  a mitigar la pérdida del tercer pórtico

La merma de tráfico ayudó a la EBHI a mitigar la pérdida del tercer pórtico

Un año después del accidente tras un golpe de viento, la terminal evita penalizaciones por demoras y colas de barcos

NACHO PRIETO

Sábado, 7 de enero 2017, 08:21

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La soleada, aunque fresca, mañana de ayer tuvo poco que ver con el amanecer del 6 de enero de 2016, cuando el temporal y un golpe de viento empotró el pórtico DC2 de la terminal de graneles de El Musel (EBHISA) contra el barco que estaba siendo descargado y acabó provocando su baja definitiva por siniestro total.

La consiguiente pérdida de capacidad de la EBHI fue matizada poco después por el presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón y de la propia terminal, Laureano Lourido, quien hizo referencia a que en 2016 estaba prevista una reducción importante de las descargas, especialmente en el caso del carbón térmico, por la adaptación a las exigencias medioambientales de varias centrales térmicas asturianas (desnitrificación). Esa circunstancia habría de ocasionar una merma de su producción y, por tanto, de las importaciones de mineral.

El tiempo acabó dándole la razón, aunque no deja de ser negativo que haya sido la pérdida de casi tres millones de toneladas lo que permitió a la EBHI mitigar durante el último año los efectos de la inoperatividad del tercer pórtico.

Es también cierto, por otra parte, que los aproximadamente 12,4 millones de toneladas movidas el pasado año por la terminal granelera de El Musel (la Autoridad Portuaria de Gijón no ha facilitado la cifra provisional, porque selecciona los datos que publica sobre sus tráficos, pero sí ha reconocido un descenso del 18,3% respecto a 2015) se corresponden mucho mejor con la media del último lustro que el vice-récord alcanzado en 2015, con casi 15,4 millones de toneladas.

La EBHI movió 12,38 millones de toneladas en 2014, 11,67 millones en 2013, 12,02 millones en 2012 y 10,25 millones en 2011.

Es curioso advertir, por otra parte, que el tráfico total de El Musel es sistemáticamente cinco millones de toneladas superior al parcial de su terminal granelera, que absorbe más de las dos terceras partes de ese total portuario.

El caso es que los dos pórticos que quedan operativos y el complemento de una grúa móvil alquilada que será sustituida por otra de nueva construcción instalada sobre raíles, han permitido despachar ese tráfico de 12,4 millones de toneladas, aproximadamente, sin que se formaran grandes colas de barcos (con algunas excepciones, como los tres fondeados a la espera de atraque el pasado julio) y sin que los ritmos de descarga (plancha, en el argot portuario) crecieran hasta el punto de causar penalizaciones. Tampoco consta que la nueva circunstancia haya llevado a los clientes a desviar barcos hacia otros muelles ni, mucho menos, hacia otros puertos (no para completar el transporte por otro medio, que sería inviable, sino por reorganización de las producciones, en el caso de empresas con fábricas en varios países).

Aunque tráfico y beneficios no siempre van de la mano, todo apunta a que la EBHI, que en 2015 contabilizó unas ganancias de 4,8 millones y de tres millones en 2014, volverá a tener beneficios, esperables siempre que la actividad supera los once millones de toneladas movidas, que viene a ser un punto de inflexión.

El futuro

El consejo de administración de EBHISA aprobó el pasado 27 de septiembre una inversión de 8,2 millones de euros, cantidad similar a los beneficios de dos años, para la construcción de una grúa móvil sobre raíles, que costará 4,9 millones de euros, y una tolva que permita realizar las descargas con el menor impacto ambiental posible, por un importe de 3,3 millones. Con ello, según fuentes empresariales, se «garantiza» un ritmo de descarga de mil toneladas a la hora, eso sí con mayor coste salarial, pues necesitará de un mínimo de dos personas para funcionar. El plazo de entrega, no obstante, está estimado en 14 meses, de forma que, en el mejor de los casos, no estarán disponibles hasta finales de este año.

La duda que expresan distintas fuentes consultadas es si se repetirá un resultado «más o menos airoso», como en 2016, si el año recién iniciado depara un aumento del tráfico granelero. Las previsiones, en ese sentido, no han sido concretadas.

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