Una banda especializada en robos en pisos afronta quince años de prisión

Tres ciudadanos de origen rumano se sentarán hoy en el banquillo de los acusados del Penal 3 como supuestos autores de la oleada de robos en pisos perpetrada a principios del año pasado. La fiscalía solicita para cada uno de ellos una condena de cinco años de cárcel, además del abono de las correspondientes indemnizaciones a cada perjudicado. El valor del botín se estima en más de 21.000 euros, si bien podría ser mayor, ya que varios de los asaltos que inicialmente se les imputaban no han podido ser demostrados.

D. A. M., de 47 años; I. S., de 24 y B. V. H., de 25, fueron sorprendidos in fraganti por agentes de la Policía Nacional cuando intentaban robar en un piso de la calle Casimiro Velasco. Utilizaron los métodos conocidos como 'bumping' e 'impresioning'. Con el primero utilizaban una llave maestra para conseguir abrir las cerraduras de marca Ezcurra con la ayuda de pequeños golpes que posibilitan el desplazamiento de los cilindros. Con el 'impresioning' introducían pequeñas láminas de aluminio deformables en el interior de la cerradura para que las marcas de las llaves de los moradores quedasen impresas cuando entraban en casa. «Tras la recogida de la plantilla, crean una llave maestra con la que cuando regresaban podían abrir la puerta sin oposición alguna y sin dejar rastros que indiquen que ha sido forzada», explicaban desde la Comisaría una vez desarticulada la presunta banda criminal que actuaba a plena luz del día, principalmente por las mañanas. En cuatro ocasiones llegaron a ser sorprendidos por los moradores de los pisos a los que accedieron, si bien no emplearon la fuerza y trataron de ocultar sus rostros para evitar ser identificados.

Trabajo de la UDEV

Los investigaciones corrieron a cargo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) con apoyo operativo del resto de efectivos de la Brigada de Policía Judicial, de la Brigada de Seguridad Ciudadana y la asistencia técnica de la Policía Científica. Esas pesquisas permitieron determinar que habían fijado su centro de operaciones en un piso en el barrio de Laviada, desde donde supuestamente preparaban sus golpes y donde se ocultaban una vez cometido los delitos.

En el registro realizado en el piso en el que tenían alquilada una habitación encontraron gran cantidad de joyas que ocultaban dentro de un cojín, así como relojes, dos tabletas electrónicas, cuatro ordenadores portátiles, una cámara de fotos, un libro electrónico, gafas de sol, 2.235 euros y billetes de moneda rumana, así como las herramientas que utilizaban en sus asaltos. Estaban además siendo investigados por la Jefatura Superior de Cantabria por un robo con fuerza.

Solo entre enero y marzo de 2016, se registraron sesenta robos en viviendas mediante el método 'bumping' según las estadísticas recogidas por la Secretaría de Estado de Seguridad.

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