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Cedrón, en el altar de la Iglesiona. Tras él, el sagrario dejando por los jesuitas en 1998 en sustitución del original.
El rector de la Iglesiona juzga factible recuperar el sagrario y la cruz de Blay

El rector de la Iglesiona juzga factible recuperar el sagrario y la cruz de Blay

Cedrón toma las firmas de los feligreses como «un aporte muy importante» para un objetivo en cuya consecución «ya se estaban dando pasos»

A. AUSÍN

Jueves, 19 de enero 2017, 02:15

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Las 1.460 firmas entregadas por los feligreses el pasado lunes fueron calificadas ayer por el rector de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, Víctor Manuel Cedrón, como «un aporte muy importante» con vistas a la consecución del objetivo de recuperar el sagrario y la cruz de Blay trasladados por los jesuitas en 1998 primero a Valladolid y después a Burgos. Pese a llevar al frente de la Iglesiona poco más de cuatro meses, Cedrón matizó a preguntas de EL COMERCIO que «ya existían conversaciones» con la Compañía de Jesús al respecto y «se están dando pasos» que el permiten albergar un moderado optimismo acerca de este asunto.

En ese contexto negociador, llevado a cabo de manera discreta, el rector de la Iglesiona consideró que las rúbricas reunidas durante apenas un mes constituirán un elemento más a sumar en la misma dirección con la importancia que supone, apuntó, el dejar patente «la sensibilidad de la feligresía».

A partir de estas consideraciones, prefirió no poner plazos al proceso con vistas a encauzarlo de la mejor manera posible. Las firmas, anotó, se incluirán en dicho proceso con un encabezado que Cedrón prevé realizar en el momento oportuno. Su destinatario será, directamente, el provincial de los jesuitas en España, Francisco José Ruiz, que será quien tome la decisión final sobre el retorno del sagrario y la cruz de Blay.

Los feligreses acompañaron a sus firmas una sucinta argumentación donde recuerdan brevemente el histórico de la Iglesiona y la estrecha vinculación de los feligreses a la basílica, construida a partir de la donación de terrenos y capital de una devota gijonesa, al igual que la 'Cruz de la paz' del escultor Miguel Blay, sufragada por otro gijonés, César Carvajal, y el gran sagrario de oro, plata y maderas nobles realizado con las alhajas donadas por parroquianas.

Los jesuitas gestionaron la Iglesiona desde 1924 hasta 1998 y al entregarla a la Diócesis asturiana se llevaron ambos 'tesoros' dejando a cambio otro sagrario y otra cruz de menor valor. Carlos Osoro y Julián Herrojo intentaron sin éxito su devolución. Ahora son los feligreses los que insisten en la permuta de las piezas con el objetivo de que a la tercera sea la vencida. Cedrón espera conseguirlo.

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