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Manuel de Pedro González y Daniel Suárez Alonso, en el interior de la cúpula, donde se llevan a cabo las obras de restauración.
San Lorenzo recupera el color tierra

San Lorenzo recupera el color tierra

El Club Rotario rehabilita el interior de la capilla, que reabrirá el próximo domingo

LAURA MAYORDOMO

Domingo, 19 de febrero 2017, 01:12

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Quedan los últimos remates. Sobre el andamio que ocupa todo el espacio bajo la cúpula de la capilla San Lorenzo, los pintores Manuel de Pedro González y Daniel Suárez Alonso se afanan por concluir estos días el encargo del Club Rotario de Gijón. La entidad que preside Luis Buznego Suárez se implicó en el proyecto de recuperación del interior de la capilla -del siglo XVII- para ayudar a la cooperativa Los Escudos, que gestiona el colegio San Lorenzo que, junto con la capilla, integró en su día el conjunto de la casa de Jove y Hevia. La intención es presentar al público el próximo domingo el resultado de unos trabajos a los que De Pedro y Suárez -quien, casualmente, en su día fue alumno del colegio- se han dedicado casi por completo en el último mes.

Cuando, a partir de su reapertura, los visitantes accedan a la pequeña capilla ubicada frente a la playa de San Lorenzo deberán levantar la vista hacia la cúpula para apreciar el resultado de tan minuciosa labor. Y después, bajar la mirada por los muros sobre los que se asienta. Tanto en ellos como en las cornisas, los trabajadores de la empresa Acabados Decorativos Pincel han conseguido una perfecta imitación de los sillares de piedra presentes en los pilares y el arco de la capilla. Con pintura. Una pintura en tonos tierra y ocre «que hacemos y teñimos nosotros mismos y a la que se añade arena para que el resultado sea más real», explican.

De Pedro, que además es miembro del Club Rotario desde hace un año, explica que las técnicas aplicadas en esta restauración son las que empleaban los pintores hace más de cuatro décadas, cuando él empezó en la profesión, con diecisiete años. «Eran unos maestros en lo de imitar maderas, piedras... Pero eso dejó de hacerse porque, hoy en día, ya nadie te lo pide», dice.

No es la primera ocasión en que los Rotarios actúan en esta coqueta capilla. Ya a principios de los 90 del pasado siglo dedicaron sus esfuerzos en recuperar el edificio para destinarlo a usos culturales, acometiendo una restauración en la que se invirtieron más de cuatro millones de las antiguas pesetas. Eso, sin contar los materiales y la dirección de obra, que fueron aportados por los rotarios. Sin embargo, las deficiencias en la cubierta que durante años provocaron la entrada de agua y los consiguientes problemas de humedad en la capilla afectaron de forma considerable a la pintura y, en algunos casos, a los volúmenes decorativos. Los mismos en los que se ha actuado ahora. Por eso fue preciso eliminar la pintura desprendida y en mal estado. Consolidar la superficie y dejar un soporte apto para aplicar la pintura. En la cúpula y las pechinas, los relieves de formas ondulantes se destacaron en color ocre sobre un fondo blanco. En los muros, se simularon las paredes de piedra de la parte baja de la capilla.

Y como hace tres décadas, también fueron varios los rotarios que colaboraron con sus aportaciones particulares. Por ejemplo, la empresa Amago se encargó de la instalación -«modélica», subraya De Pedro- de los andamios. Y gracias a Javier Argüelles, del Café Central, tuvieron cubierto el capítulo de las comidas.

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