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Tramo de barandilla arrancada en el inicio de la escalera 2, con escasa protección.
El Muro se vuelve vulnerable

El Muro se vuelve vulnerable

Las olas causan destrozos en el paseo marítimo por cuarto año consecutivo

P. LAMADRID

Jueves, 2 de marzo 2017, 01:33

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El Muro rezuma fortaleza en su nombre, pero parece que su estructura, que recorta la silueta más reconocible de la ciudad, se ha vuelto vulnerable. Por cuarto año consecutivo, el paseo marítimo ha sufrido daños como consecuencia de la bravura de las olas, que rozaron los diez metros de altura el martes. En esta ocasión, los desperfectos no fueron de gran envergadura, pero el Cantábrico ha dejado su huella en San Lorenzo. Los tramos comprendidos entre las escaleras 7 y 11 y 19 y 21 resultaron especialmente afectados.

El mar arrancó quince metros de barandilla -sobre todo, en los trechos de bajada a la playa- y alrededor de cuarenta losetas. En concreto, dañó once unidades de pies de barandilla, y 37,4 metros de tubería, nombre con los que se conoce a las piezas verticales y horizontales de la balaustrada. El grueso de estas roturas se concentró en las escaleras 2 y 19, aunque también se registraron en la 0, 7, 9, 10, 20 y 21. Además, el concejal de Mantenimiento y Obras de la Zona Rural y Urbana, Manuel Arrieta, explicó que el oleaje desprendió casi trece metros cuadrados de baldosas de piedra natural y otros seis de losetas de granito. Los estropicios causados en barandilla y pavimento ascienden a 5.900 euros, a los que hay que sumar 5.000 más por deterioros en el alumbrado. En Campo Valdés, las ramas de un árbol, agitadas por las fuertes rachas de viento, rompieron una luminaria. Lo mismo hicieron las olas en las escaleras 3 y 18.

Más importantes fueron los daños ocurridos en los puntos de luz ubicados en la escalera 19. En esta entrada a la playa, la fuerza del mar llegó a derribar (de nuevo) la base de granito sobre las que se asentaba una de las dos farolas que iluminan el acceso, la izquierda. También hizo caer el mástil y las dos luminarias. En la farola derecha rompió la parte superior, de cristal. En las zonas verdes resultaron dañadas plantas rastreras (uña de gato) situadas en los parterres de la zona del Rinconín.

Estudio de las roturas

El portavoz de la junta de gobierno y concejal de Urbanismo, Fernando Couto, señaló ayer que esta valoración es aún «preliminar», puesto que los técnicos tienen que valorar los daños causados para saber si son estructurales. A las labores de inspección se sumaron las de limpieza. Dieciocho operarios de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) equipados con máquinas trabajaron martes y miércoles para retirar la arena acumulada en el paseo.

Entre los dos días, emplearon 119 horas de trabajo. En estos cuatro años, el temporal que mayores destrozos provocó fue el sucedido el 2 de febrero de 2014. Un mes después, las olas cubrieron por completo el paseo y llegaron a ocupar parte de Menéndez Pelayo, imágenes que se convirtieron en virales.

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