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Fernando Fueyo y Javier Gómez Cuesta cooficiaron el funeral por Emilio Muñiz.
Adiós a un hombre que «pasó por el mundo haciendo el bien»

Adiós a un hombre que «pasó por el mundo haciendo el bien»

Cimavilla despide a Emilio Muñiz 'El Negro', primer presidente de la asociación de vecinos y uno de sus más respetados residentes

MARCO MENÉNDEZ

Domingo, 5 de marzo 2017, 01:07

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No podía ser otro lugar que la iglesia de San Pedro el escenario elegido para despedir a quien durante muchos años fuera el alma de Cimavilla: Emilio Muñiz 'El Negro'. Sus hijos Emilio y Nieves -su mujer, Asunción, no estuvo en el templo- se vieron arropados por muchos amigos del barrio alto, pero también por personas que tuvieron con su padre una relación más institucional, como la alcaldesa, Carmen Moriyón, y el senador y exalcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces.

El funeral fue oficiado por Javier Gómez Cuesta, quien contó con la colaboración de Fernando Fueyo, párroco de San Nicolás de Bari. Gómez Cuesta se mostró especialmente afectado por la pérdida del que era su amigo y con quien tuvo una gran relación, además de por ser vecino, por su trabajo en la residencia de ancianos del barrio, con la que colaboraba.

Problemas de salud

El párroco repasó los problemas de salud de Emilio Muñiz en la última etapa de su vida, desde el ictus que sufrió hace seis años y que le postró en una silla de ruedas, hasta la pulmonía que terminó con su vida. Pero Gómez Cuesta aseguró que si hay una frase que define a 'El Negro' es que «pasó por el mundo haciendo el bien». Bondad, sencillez, humildad y humanidad fueron algunos de los muchos calificativos que le dedicó el párroco en su homilía. También recordó su paso por la asociación de vecinos. «Fue el primer presidente. Un hombre abierto que supo colaborar y solicitar la colaboración de entidades y grupos sociales» para conseguir lo mejor para Cimavilla. Y de la importancia de su gestión en la asociación es la calle con la que se le recordará para siempre en el que, según Gómez Cuesta, era «el hábitat natural de Emilio».

Y es que para el párroco Emilio Muñiz es el claro ejemplo de que «se puede ser feliz luchando y gastando el tiempo por los demás para alcanzar una vida plena».

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