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Representantes de las vocalías de la mujer de la zona rural posan, anoche, en La Carbayera de Granda.
«En el campo no se convive como antes»

«En el campo no se convive como antes»

Las 180 mujeres reunidas constatan avances en igualdad y pérdidas en vecindad

ELENA S. HERRERO

Sábado, 18 de marzo 2017, 01:26

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Con la frente bien alta, las mujeres rurales despiertan cada amanecer para iniciar una laboriosa jornada en un mundo que sigue buscando la igualdad de género. Los tiempos van cambiando y, en la actualidad, el sector ganadero y agrícola también se escriben con nombre femenino. Por ello, cada año las vocalías de la mujer de las asociaciones de vecinos de la zona rural de Gijón celebran su cita tradicional con el fin de hacerse oír y reconocer la función y contribución de estas profesionales del mundo rural. Alrededor de 180 acudieron ayer al XIX Encuentro de la Mujer Rural en el restaurante La Carbayera de Granda. Y entre ellas, la alcaldesa, Carmen Moriyón.

«Con esto de las vocalías todas tienen una independencia que antes apenas había y ya salen adelante sin la necesidad de los hombres», explica Amparo Labayos, responsable de la vocalía de San Andrés de los Tacones. Nacida en Boal, donde conoció la agricultura y ganadería de primera mano, se trasladó a Gijón y vio, entonces, la oportunidad de ayudar a las mujeres que, como ella, se codeaban por hacerse un hueco en territorio varonil. «No puedo decir lo que necesitan hoy en día las chicas de San Andrés para mejorar en el ámbito rural, pues depende mucho de la zona. Aún así creo que poco a poco van avanzando y cogiendo impulso», indica.

Sobre el futuro de la mujer rural, Amparo Labayos reconoce que está siendo complicado pues «hay asociaciones que no quieren contar con vocalías de la mujer. Cada vez nos ponen más impedimentos, pero lucharemos», apostilló. Y esta misma visión la tiene Consuelo González, responsable de la vocalía de La Abadía de Cenero 'Los 16': «Aunque es cierto que ahora contamos con más apoyo que antes, es insuficiente porque todavía nos exigen muchas cosas».

En Cenero, en este sector todavía las incluye, pues «hay ganaderías grandes que dependen exclusivamente de mujeres». Para que la integración sea continua y trascendente hacen falta, a su juicio, cosas «básicas» como más medios de comunicación o internet, entre otros. Datos a tener en cuenta.

No hay ni una berza

«Ya no veo pasar por delante de mi casa a las mujeres con el pañuelín en la cabeza que iban a la hierba». Lo dice Ana Rivero, responsable de la vocalía de San Félix de Porceyo. Justo allí, se dio inicio al final de la tradición, se acabaron las caserías de vacas, las huertas... «Somos rurales porque vivimos en un pueblo. En mi casa no tenemos ni una berza y, como yo, prácticamente toda la gente de Porceyo». Según cuenta Ana Rivero, ha cambiado todo, pues los nuevos vecinos de la zona viven de forma más individual. «Cercan sus casas e imposibilitan una convivencia como la de antaño en el campo», lamentan.

No obstante, comparte opinión y el mismo deseo que todas las anteriores: «Las mujeres rurales no están lo suficientemente valoradas. Menos mal que ahora se han remontado un poco. Solo hace falta luchar más», matiza.

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