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Lolo Andrade explica cómo construir trampas para atrapar reinas de avispa asiática.
«En dos años os quedáis sin manzana», alertan expertos en avispa asiática

«En dos años os quedáis sin manzana», alertan expertos en avispa asiática

Las jornadas 'Stop vespa velutina' del Botánico evidencian la necesidad de colaboración del medio rural para detectar nidos y reducir los riesgos

NACHO PRIETO

Lunes, 27 de marzo 2017, 01:45

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Los primeros alarmados fueron los apicultores, porque la llamada avispa asiática (vespa velutina) es una seria amenaza para las abejas, pero los expertos en ese tipo de insectos 'importados' de oriente advierten que puede provocar «consecuencias negativas para todos». La más inmediata y directa, una traumática alteración de la polinización que disminuirá la fertilidad de los árboles. «En dos años os quedáis sin manzanas», alertó ayer Lolo Andrade, miembro de Protección Civil de Galicia, en unas jornadas organizadas por el Jardín Botánico Atlántico que constituyeron toda una arenga destinada a movilizar al medio rural contra la avispa asiática, insecto que definió como «muy inteligente» y capaz de «crear estrategias» para alcanzar sus objetivos.

Cuentan quienes de esto saben que las abejas empiezan también a defenderse y que sacrifican parte de su población para atacar en grupo a su individualmente más fuerte oponente antes de que pueda transmitir información a sus compañeras sobre el hallazgo de una colmena, pero nadie duda de que el ser humano debe entrar en la guerra si no quiere verse seriamente perjudicado.

Tanto el ya citado Andrade como Suso Asorey, biólogo y secretario técnico de la Asociación Gallega de Apicultores (AGA) coincidieron ayer en señalar que la gente de campo, pero también cualquier tipo de excursionista habitual en el medio rural, pueden ser protagonistas de una lucha que en Galicia ya se vive como declarada y que en Asturias empieza a hacerse imprescindible, aunque el frío de la Cordillera Cantábrica parece ser que contribuye a reducir o, al menos, a retrasar el problema.

La recomendación de Lolo Andrade es que nadie fíe a la Administración la solución del problema, «porque no puede llegar a todas partes», y por esa razón explicó pormenorizadamente qué puede hacer un apicultor o agricultor cualquiera para aportar su grano de arena en la guerra contra la temible vespa velutina.

Carteles y trampas

Tres son las armas principales: la información, las trampas y la destrucción de los nidos que se localicen. La primera sirve en cualquier tiempo. Se trata de distribuir carteles en los lugares de encuentro de los pueblos (los originales con los que hacer copias están disponibles, por ejemplo, en las asociaciones de apicultores), para identificar los nidos, de forma que cualquier vecino pueda saber si eso que apareció al abrigo de un alero de su casa puede ser un potencial peligro no sólo para él, sino también para la naturaleza autóctona.

Otro arma es la colocación de trampas para capturar reinas antes de que formen enjambre, con especial atención a la primavera real, tanto más amplia cuanto menos crudo sea el invierno. En ese sentido, Lolo Andrade relató incluso cómo construir las trampas y la necesidad de utilizar productos como el vinagre para evitar que el cebo atraiga a insectos polinizadores que no convenga capturar.

La destrucción de nidos secundarios, que pueden llegar a albergar más de cinco mil ejemplares y superar un metro de diámetro, también fue ayer explicada, pero, aunque resta peligro actuar de noche y con la ayuda de una luz roja, fuertes guantes, gafas, ropa especialmente diseñada y hasta casco, porque las picaduras en la cabeza son especialmente peligrosas, da la impresión de que lo mejor que hace cualquiera que se tope con uno de esos gigantescos nidos es dar cuenta a la autoridad competente.

Hasta petardos, sabiamente utilizados, utilizan los profesionales gallegos para destruir los enjambres del temible enemigo, pero eso requiere una autorización específica y ese sistema solo fue citado a efectos de que se conozca cuanto es posible hacer para atajar la plaga.

Trucos para proteger las colmenas y hasta remedios caseros para aliviar el daño de las picaduras también tuvieron espacio ayer en la jornada organizada por el Jardín Botánico, que fue seguida por cerca de 200 personas, la mayoría apicultores

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