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En primera fila, Covadonga Sánchez, Álvaro Granda (Conseyu de Mocedá de Xixón) y Víctor Molina (Gijón Industrial); detrás, José Luis Casaprima (Centro de Formación Profesional Revillagigedo), Luis Buznego (Club Rotario de Gijón) y Miguel Ángel Sanmiguel (charanga Ventolín).
La abstención de Xixón Sí Puede e IU rompe la unanimidad en la Medalla de Oro a los jesuitas

La abstención de Xixón Sí Puede e IU rompe la unanimidad en la Medalla de Oro a los jesuitas

Tras la polémica de 2016 por los antidesahucios, la izquierda niega su apoyo a la Compañía de Jesús en reivindicación de la escuela pública

IVÁN VILLAR

Sábado, 29 de abril 2017, 02:58

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Un año después, la historia se repite. Por segunda edición consecutiva, la Corporación fue ayer incapaz de aprobar por unanimidad todas las propuestas de concesión de los honores y distinciones de la ciudad, pues las diferencias políticas pesaron nuevamente más que el consenso, en esta ocasión con la Compañía de Jesús como protagonista involuntaria. Si hace doce meses PP y Ciudadanos votaron en contra de la concesión de una Medalla de Plata a la plataforma antidesahucios, en esta ocasión fueron Xixón Sí Puede e IU los que no apoyaron que los jesuitas recibieran la Medalla de Oro, máxima distinción que el Ayuntamiento puede otorgar a una entidad. En su caso, no obstante, optaron por la abstención como muestra de «respeto» a una decisión mayoritaria del Pleno, pese a no compartirla.

La Compañía de Jesús obtuvo su medalla, pero solo con el voto de 17 de los 27 miembros de la Corporación -a las abstenciones de los seis concejales de Xixón Sí Puede y los dos de IU se sumaron las ausencias de las socialistas Begoña Fernández y Lara Martínez. El resto de distinciones, cinco medallas de plata para el Gijón Industrial, la charanga Ventolín, Covadonga Sánchez, el Conseyu de Mocedá y el Club Rotario de Gijón, sí salieron adelante por unanimidad.

Cuando a principios de abril se celebró la junta de portavoces previa al Pleno extraordinario de ayer, Xixón Sí Puede ya manifestó sus reservas sobre el nombre propuesto por Foro para el principal galardón que se preveía dar este año. Al final esas reservas se tradujeron en una abstención que Mario Suárez justificó en el rechazo de su grupo al modelo educativo en el que se basa el colegio de la Inmaculada, principal enseña de los jesuitas en Gijón. «Nuestro modelo es el de la escuela pública, que es la que se debe llevar los galardones en un ayuntamiento», apuntó el portavoz de la formación morada.

En vísperas del Pleno, los grupos municipales recibieron una carta del Movimiento Social por la Escuela Pública en Asturias en la que se les pedía que «no presten su apoyo, de ninguna manera, a la propuesta de concesión de esa medalla». Argumentaban que «la Compañía de Jesús es uno de los exponentes importantes de la escuela privada-concertada, que provoca una segregación social que no resulta azarosa, sino que se persigue deliberadamente. Mientras la escuela pública es garante de un modelo inclusivo que favorece la cohesión social, en la privada-concertada muchos están excluidos, lo que provoca una segregación social que, además, es financiada con dinero público».

Héroes de Simancas

Mario Suárez admitió que en la actividad de la Compañía de Jesús hay «luces y sombras» y destacó la labor que realiza la orden en el Revillagigedo y el Hogar de San José. Sin embargo, consideró que en gran parte el reconocimiento se proponía por los 125 años de «un colegio de élite» con el que su formación no comulga. Añadió a esto que «aún conserva resquicios del franquismo, como la escultura a los héroes de Simancas». Aurelio Martín, de IU, también justificó la abstención de su grupo en la necesidad de atender «diferentes sensibilidades, desde el laicismo a la defensa de la escuela pública, que nos hicieron llegar su inquietud por este tema». El concejal aseguró que no quería «alimentar ninguna polémica» y pidió que el voto se interprete «como nuestro respeto a que se conceda esa medalla, pero dejando claro que no compartimos la decisión».

Tampoco quiso dar más importancia a lo ocurrido en la votación el superior de los jesuitas en Asturias, Inocencio Martín. «Es el reflejo de que estamos en una sociedad plural, heterogénea, con diferentes pensamientos e ideologías. Por supuesto que habría sido mejor la unanimidad, pero también han considerado oportuno no decir que no, sino abstenerse. No me parece mal, lo respetamos».

Un ejemplo, anecdótico, de esa pluralidad a la que hacía referencia Martín pudo verse en la zona de preferencia que ocuparon durante la sesión plenaria los seis premiados de ayer. Junto al representante de la Compañía de Jesús el protocolo sentó a Miguel Ángel Sanmiguel, de Ventolín, quien lucía una camiseta con el logotipo de la charanga: un saxofón y un pentagrama sobre los colores de la bandera de la II República, la misma que en su momento disolvió la orden de los jesuitas y se incautó del colegio de la Inmaculada.

Pero el de ayer no era un día de confrontación política, sino de homenajes. Y en las glosas que leyeron los portavoces municipales sonaron nombres como los de los siete jesuitas con calle en Gijón -el último, el párroco de Tremañes Cándido Viñas-; los de Argente, Balbino Méndez, Tino, Rubén Blaya, Roberto Entrialgo y Joaquín Alonso, que crecieron en la cantera del Gijón Industrial; y los de los fallecidos José Ángel Álvarez Cienfuegos, Carlos López y Roberto González 'Esteva', de Ventolín. El acto fue sobrio. Protocolario. «El día de San Pedro sí iremos al Jovellanos con los instrumentos», prometieron desde Ventolín. También el Gijón Industrial prevé hacer «una pequeña fiesta» en La Calzada en cuanto tenga «la medalla en la mano». Su presidente confía en hacerlo, además, con el equipo recién ascendido a Tercera.

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