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El concejal Esteban Aparicio (atrás) posa con la directora del IES Rosario de Acuña y los premiados de este año.
Carbaínos, la primera escuela rural

Carbaínos, la primera escuela rural

Valentín Arrieta 'viaja' a 1846 en su trabajo premiado por el IES Rosario de Acuña

E. RODRÍGUEZ

Viernes, 19 de mayo 2017, 01:31

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Ocho meses, la revisión de 200 expedientes en el Archivo Municipal y mucho trabajo de campo es lo que hay detrás del trabajo de investigación del arquitecto doctor Valentín Arrieta, colaborador de EL COMERCIO, que ayer fue premiado por el Instituto Rosario de Acuña por la investigación presentada al XIX certamen que convoca el centro educativo. El trabajo galardonado lleva por título 'Escuelas rurales de Gijón. Espacios para la enseñanza en las parroquias del concejo' y parte de una fecha concreta: 1846.

De ese año es la primera notificación existente de construcción de una escuela rural en el concejo: la del caserío de Carbaínos, en Cenero. «Previamente, las clases se impartían en los pórticos de las iglesias, pero las condiciones eran lamentables». De ahí que, según explicó ayer en su exposición, «los vecinos de Vega solicitaran en 1861 la construcción de una». Hubo muchas más reclamaciones en este sentido y todas partían del colectivo vecinal. «El Ayuntamiento, que era quien redactaba el proyecto, se vio obligado, a finales del siglo XIX, a pedir ayuda al ministerio porque no podía hacer frente al gasto. Los vecinos hicieron aportaciones y, en el caso de la de Roces, se llegó incluso a hacer una colecta en Cuba».

Al principio, el modelo arquitectónico que se utilizaba era el mismo y para su diseño se seguían tres criterios: «Que tuviera suficiente espacio y una buena ventilación por higiene, ya que iban a ser muchos los niños que se iban a juntar y no querían que se propagasen enfermedades; que evitara la distracciones que tuvieron en los pórticos y que asegurara la moralidad. Estaba mal visto que niños y niñas estudiaran juntos y llegaron a estar separados por un bloque de suficiente altura para que no se viesen, pero sí pudieran seguir las explicaciones del profesor».

Eran escuelas de bajo presupuesto, «de 6.000 pesetas» y pronto se quedaron pequeñas. Así ocurrió en Somió y en Tremañes, esta última ya desaparecida, donde hubo que hacer un recrecido. Con posterioridad, indicó, «se apostó por un modelo de mayor tamaño» en Ceares, Jove, Deva y Bernueces y había una planta superior donde vivía el maestro. «En el XX hubo una involución. Se volvió a modelos más sencillos, en cada parroquia había una escuela distinta y aparecieron las escuelas de barrio». Casi todas cerraron en los años setenta para concentrar a los niños. «Las de Cabueñes y Jove se transformaron en colegió y el resto son, hoy día, sede de las asociaciones vecinales».

Tal fue la «calidad, exhautividad e interés» de los trabajos, que la discusión del jurado fue prolongada, como indicó la directora del instituto Rosario de Acuña, Isabel Puente, quien añadió, no obstante, que los tres premios han sido concedidos por unanimidad. El de adultos (1.500 euros) y los de estudiantes de Gijón (500) y del resto de Asturias (500).

Las guerras y la sociedad

En la primera ganó Gema Coello, de 2º de Bachillerato Internacional del IES Jovellanos. «Estudiamos las guerras, pero nunca sale en los libros de texto cómo sufre la sociedad y, sobre todo, la infancia». Así surgió 'Los niños asturianos refugiados de la URSS durante la Guerra Civil', que fueron unos 2.000. «Muchas familias se vieron obligadas a enviar a sus hijos a la URSS para ofrecerles una infancia digna, pues Stalin había hecho la mayor propaganda para acogerlos». Fue así como fueron instalados en «casas pudientes de Stalingrado, donde les proporcionaron comida, vestimenta y escolarización. Muchos eran hijos de mineros y lograron cursar una carrera». Volver a partir de 1953 fue duro, «porque no era la España que esperaban encontrar. No solo por la dictadura, sino porque los veían como rusos invasores. La Policía los interrogaba...». De ahí, señaló, optaron por un segundo exilio en Cuba y la URSS.

Lucía Menéndez, Claudia Martínez, Sofía González y Patricia Mon, alumnas de cuarto de la ESO del IES Pando de de Oviedo ganaron la segunda categoría con 'Los puentes de la memoria. Proyecto abuelos y nietos', donde analizan la coyuntura de los mayores.

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