«Hemos perdido gente muy cercana por el sida»

«Todos los años, un sábado de mayo, nos reunimos aquí para recordar a las personas que, a lo largo de todos estos años, fallecieron a causa del sida en el mundo». Con estas palabras de Loly Fernández, presidenta del Comité Ciudadano Antisida de Asturias, dio comienzo un emotivo memorial que se celebró ayer en un rincón del parque de Los Pericones conocido como el Bosque de la Memoria. Esta fue su octava edición y con ella se pretende concienciar a la gente de que «el VIH existe, aunque ahora está todo mucho más controlado y hay unos tratamientos mejores que te permiten tener una vida como un enfermo crónico. Pero no hay que olvidar la prevención para evitar nuevas infecciones», recordó Fernández, que lamentaba los casos de discriminación y los estigmas que aún existen. «Hay personas que siguen viendo esta infección como algo relacionado con los grupos de riesgo. El VIH no entiende de grupos, sino de prácticas de riesgo. Cualquier persona puede contraerlo en el momento que mantiene una relación sexual sin preservativo», añadió.

Durante el memorial se leyeron nombres de personas fallecidas por sida, no solo en Asturias, sino también en el resto del mundo. Canadá, Nigeria, Holanda, Taiwan, Perú... Tras este momento de recuerdo, se guardó un minuto de silencio que únicamente rompió el canto de los pájaros en el parque. A continuación, la escritora asturiana Vanessa Gutiérrez, colaboradora de EL COMERCIO, leyó unos textos del autor catalán Joan Margarit, titulados 'Canción de cuna', 'Profesor Buenaventura Basegoda', 'La espera' y 'El fondo de la noche', todos ellos extraídos del poemario titulado 'Joana'. «Los he elegido porque transmiten una lección inmensa de amor», indicó la escritora.

El acto concluyó con una ofrenda de flores en la que participaron todos los asistentes, que arroparon el panel del Bosque de la Memoria con un manto floral lleno de color y un cúmulo de sensaciones reflejadas en cada rostro. «Para nosotros, el memorial es un momento muy significativo, porque recordamos a todas aquellas personas que han pasado por nuestra asociación o con las que hemos contactado en algún momento», confesó Loly Fernández. «Aquí somos muchos los que hemos perdido a gente muy cercana. Recordamos a nuestros hijos, hermanos, parejas y amigos que murieron por sida».

Una vez concluido el homenaje, los asistentes se situaron bajo la sombra de unos árboles para celebrar una comida de hermandad con platos elaborados por ellos mismos.