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Empleados de la funeraria trasladan a la fallecida.
La jueza archiva el caso del atropello mortal del Polígono de Pumarín

La jueza archiva el caso del atropello mortal del Polígono de Pumarín

Deja libre de cargos al conductor que hace dos semanas arrolló a Piedad Chico Cajas, de 70 años, y que, según la Policía Local, cruzaba por el paso de peatones

OLAYA SUÁREZ

Jueves, 8 de junio 2017, 01:16

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La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 2 ha dictado el sobreseimiento libre de las diligencias abiertas tras el atropello mortal ocurrido en el Polígono de Pumarín hace dos semanas que se cobró la vida de Piedad Chico Cajas, de 70 años. La jueza exime así de responsabilidad al conductor de la furgoneta que arrolló a la víctima, tras escucharlo en declaración a él y a una testigo que presenció el accidente y que llamó al 112-Asturias.

El atestado elaborado por la Policía Local, según explicaron al día siguiente fuentes oficiales del área de Seguridad Ciudadana, concluía que la viandante cruzaba por el paso de cebra de la calle del Puerto de Leitariegos cuando fue embestida por el vehículo de reparto. El conductor dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas que le fueron practicadas minutos después del accidente que causó una gran conmoción en el barrio, donde Piedad llevaba residiendo 40 años.

El conductor aseguró tanto a los policías como a la titular del juzgado que realizaba las funciones de guardia que no vio a la mujer cuando se disponía a cruzar la calzada, cargada con las bolsas de la compra que acababa de realizar en un supermercado cercano a su domicilio. La investigación del equipo de atestados determinó que el primer impacto pudo realizarse con el espejo retrovisor del lateral derecho de la furgoneta, lo que hizo que la mujer cayese al suelo y se golpease violentamente la cabeza contra el asfalto.

Se trata de un accidente muy similar al sufrido por un octogenario que hace diez años falleció tras ser golpeado también por el espejo retrovisor de un camión de congelados mientras el hombre caminaba por el extremo de la acera del Muro, antes de que se instalase el carril bici que separa los carriles de circulación de vehículos con el espacio reservado para los peatones.

Piedad Chico Cajas estaba casada y tenía dos hijos. Sus familiares más cercanos se enteraron del desgraciado accidente momentos después del accidente, cuando la víctima aún yacía en la calzada tapada con una sábana.

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