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GLORIA POMARADA
Martes, 27 de junio 2017, 00:29
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A un día de que Castiello de Bernueces dé comienzo a las fiestas de San Pedro, la voluntad de José Ramón Suárez, presidente de la sociedad de festejos, es firme. La celebración será un fortín para aquellos que acudan a la parroquia a beber sin mesura. «Peor que el botellón es el problema de los comas etílicos, no estamos dispuestos a que se nos muera un crío», indica. Con los incidentes de hace dos semanas en Cabueñes aún en la retina, con tres menores atendidas por los servicios sanitarios y veinticinco denuncias a jóvenes por consumo en la vía pública, la sociedad de festejos de San Pedro ha reforzado su 'Misión Antibotellón'. Ese es, precisamente, el lema de la campaña que se repite en los programas y pancartas que anuncian la verbena. «Está anunciado que está prohibido», recuerda Suárez. No obstante, la prevención se acompañará de medidas de control durante los cinco días de fiesta, con una mayor presencia policial y un equipo de seguridad privada contratado por la propia asociación, como vienen haciendo en los últimos años. A las personas que acudan con bolsas de bebida «les van a estar pidiendo el carné antes de entrar al prau», detalla el presidente.
El dispositivo contará también con una ambulancia y, por primera vez, se instalarán vallas de protección en torno a las casas cercanas al prau de la fiesta. El objetivo, cuenta, es evitar los actos vandálicos del pasado San Pedro. «Rompieron buzones y verjas en los chalets y fue todo por la bebida». Suárez señala que en los últimos quince años el fenónemos del botellón se ha extendido considerablemente, pero fue hace dos cuando se convirtió en «una locura».
«Divertirse sin beber»
Las medidas implantadas este año no son las primeras ensayadas en Castiello para impedir que los jóvenes acudan con su propio alcohol en ingentes cantidades. «Les pedimos a los bares que rebajaran los precios y en la barraca tenemos la sidra a tres euros y las copas a cinco. Son precios razonables. Si un chaval que no sea menor tiene diez euros se va a tomar dos copas, sin embargo con ese dinero en un botellón puede pasarse bebiendo».
La sociedad de festejos de Castiello confía en que la combinación de restricciones e incentivos permita «hacer unas fiestas de pueblo sin más, porque viendo a chavales borrachos la gente no se divierte». Para la parroquia, señalan, es preferible que la afluencia «baje a la mitad» antes que repetir los incidentes de 2016.
Los cinco días de fiesta comienzan mañana con la primera de las verbenas y una exhibición de fuegos artificiales. En las jornadas sucesivas, atracciones, canción asturiana, teatro popular y torneos de juegos tradicionales amenizarán los festejos. «Para pasarlo bien no hace falta el alcohol», recuerda Suárez a los jóvenes. «Cuando se prohibió beber y conducir pareció costoso, pero se consiguió. Esperamos que con el botellón pase lo mismo».
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