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Retrato del entonces príncipe Juan Carlos realizado en 1973 por Segura.
El siglo XX reflejado por Segura

El siglo XX reflejado por Segura

El historiador del arte asturiano Miguel Ángel Álvarez presenta la tesis que recoge la vida y obra del autor del frontispicio del Teatro de la Laboral

JESSICA M. PUGA

Martes, 27 de junio 2017, 07:21

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Enrique Segura (1906-1994) atestiguó los nombres propios del convulso siglo XX a golpe de pincel retratando a cuantas personalidades marcaron la historia del país en el último tercio de la centuria. De su paleta salieron unos jovencísimos don Juan Carlos y doña Sofía antes de ocupar el trono, prácticamente todos los ministros de Educación, Seguridad Social y Trabajo que ostentaron el cargo entre los años 70 y 80, Carmen Martínez Bordiú, la reina de Bulgaria, Emilio Botín (padre e hijo) e historiadores, médicos, abogados y académicos. Centenares de nombres fueron capturados con maestría por el pintor sevillano, que llegó a ser retratista oficial de España, aunque su nombre quedó silenciado por cuestiones más políticas que artísticas. Hasta ahora, que el ya doctor en Historia del arte Miguel Ángel Álvarez Álvarez (Lugones, 1975) ha defendido la tesis 'Enrique Segura Iglesias, figura destacada del retrato español del siglo XX' en la Universidad de Oviedo.

«Enrique Segura es uno de los retratistas más fecundos y prolíficos del pasado siglo, junto a Manuel Benedito y Fernando Álvarez de Sotomayor», expone el asturiano a lo largo de las casi mil páginas, repartidas en dos tomos, de que consta su trabajo, y en las que expone también los otros tres géneros trabajados por el sevillano: las composiciones con figura en los paisajes, naturalezas muertas y bodegones. De ahí que centenares de cuadros lleven su firma. Una prolífica obra que solo el revuelo político parejo a la guerra civil pudo frenar, condenando al autor al ostracismo «a pesar de que jamás se posicionó. De hecho, vive con absoluta naturalidad los cambios políticos del siglo sin decantarse con ningún bando», incide.

Tras unos años de desconexión forzosa, a mediados de la década de los 40, Segura vuelve al trabajo ilustrando las páginas de medios de comunicación y sin dejar de lado los pinceles. «Es un artista clásico y tradicional a la vista de los tipos populares que pinta, los temas religiosos que maneja y las escenas costumbristas que recoge, a los que le confiere un tratamiento moderno a la hora de pintar, dando como resultado obras sólidas, precisas y rigurosas», expone Álvarez. Segura se caracteriza, además, por ser «un creador muy tenaz, hábil en el dibujo y la pintura y constante en su trabajo, al que se dedica en cuerpo y alma sin descuidar la vida familiar». Su actividad pictórica empezó muy joven, en 1931, y se prolongó hasta 1987. Fue su hermano Agustín quien le acerca al mundo artístico. Ambos comparten géneros y temas pictóricos, aunque difieren en la forma de enteder la vida: «Mientras Enrique es meticuloso, ordenado, y huye de la bohemia, su hermano la concibe de forma más despreocupada».

De sur a norte

El legado de Enrique Segura llegó a Asturias. A él se le deben el mural que adorna la Sala de Pinturas de la Universidad Laboral y el frontispicio del antiguo salón de actos -hoy teatro- del edificio, si bien la obra, datada en 1953, está ahora oculta -«desafortunadamente», apunta Álvarez- por la concha acústica. Tanto gusto cogió el sevillando afincado en Madrid por Asturias que se construyó una casa en Buelna que aún es propiedad de la familia Segura Coronado. «En el Oriente pasó vacaciones y ahí firmó docenas de paisajes del entorno en los que se distingue fácilmente la costa de Buelna, Picos y el casco histórico de Llanes, entre otros. Pero Miguel Ángel Álvarez tiene un cariño especial a la obra que Segura tiene en Gijón, la cual descubrió cuando trabajaba de guía en la Laboral. «Sentí curiosidad por saber quién era el autor de la sala de pinturas, que no está firmada», recuerda. De aquello ha pasado un lustro que ha dedicado a rescatar la vida y la obra del retratista más destacado del siglo XX. Si tienen curiosidad por ver a Segura sepan que su retrato aparece entre el gentío que dibujó en los murales de Gijón.

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