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O. SUÁREZ
GIJÓN.
Domingo, 15 de octubre 2017, 01:29
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Lo condenaron a un año de prisión acusado de robar en una academia de la calle Ezcurdia porque sus huellas aparecieron en la puerta. La Audiencia Provincial ha revocado ahora la sentencia al considerar que en el fallo judicial no se tuvo en cuenta un pequeño detalle: el joven era alumno del centro educativo, por lo que no parece extraño que sus huellas dactilares estuvieran impresas en la puerta que empujaba cada vez que acudía a clase.
El robo en la academia de la calle Ezcurdia fue perpetrado la madrugada del 26 de febrero de 2014. La Policía Científica, en la inspección del inmueble, localizó varias huellas y pruebas y la investigación concluyó con que el autor del delito contra el patrimonio había sido un joven que acudía al centro desde hacía tres años.
El caso fue visto en el juzgado de lo Penal número 1 de Gijón en febrero de 2017. El magistrado lo consideró culpable y lo condenó a un año de cárcel por el delito de robo con violencia, además del pago de las costas. El acusado presentó un recurso de apelación ante la Sección Octava de la Audiencia Provincial, que le ha dado la razón y ha dejado sin efecto la resolución judicial de primera instancia. «No se ha llegado a la convicción suficiente para descartar que las huellas del acusado, reveladas en la parte superior de la puerta, pudieran haber sido impresas en otro momento distinto al de la comisión del delito pues era alumno del centro de estudios desde hacía tres años, por lo que tuvo múltiples ocasiones de haberla tocado».
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