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Las parcelas de la ZALIA, completamente vacías desde que fueron inauguradas en marzo de 2011. E. C.
El agujero negro de la ZALIA

El agujero negro de la ZALIA

No se concreta la venta de parcelas, mientras la deuda supera los 104 millones y el Puerto de Gijón asume la gestión de su día a día

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Domingo, 15 de abril 2018, 02:23

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La actividad logística está siendo uno de los principales puntos a los que se agarran muchas regiones españolas para superar la crisis económica. El año pasado, la compra de naves logísticas en España creció un 63% con respecto al año anterior, llegando a alcanzar los 1.353 millones de euros. Pero parece que esa es una historia que no va con Asturias, pues la infraestructura que tendría que ser bandera en esta materia, la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA), atraviesa un momento económico crítico. Eso, unido a la falta de información que existe en torno a su gestión en los últimos meses, acrecienta la inquietud.

Fue un proyecto que nació en marzo de 2005 y la colocación de la primera piedra tuvo lugar el 14 de diciembre de 2010, con nutrida presencia de autoridades, como el entonces presidente regional, Vicente Álvarez Areces; la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y los presidentes de las autoridades portuarias de Gijón y Avilés, Fernando Menéndez Rexach y Manuel Docampo, respectivamente. Pero la ZALIA nació con un talón de Aquiles, como era la falta de conexiones, que a la postre limitaría su desarrollo y, lo que es más grave, condicionó su viabilidad económica.

Ya en 2010 se formalizó una carta de conformidad con un grupo de bancos (BBVA, Santander, CaixaBank y Nova Caixa Galicia Banco), para obtener un crédito participativo de 88 millones de euros que permitiera la viabilidad de la ZALIA. En diciembre de 2013 se negoció un incremento, llegando a 90,5 millones. El acuerdo preveía que el Principado asumiera el 88%, el Ayuntamiento de Gijón, el 10%, y el de Avilés, solo el 2%. Los puertos de Gijón y Avilés no participaban de esta operación por imposición de Puertos del Estado. Pero al firmar la renegociación del contrato, el 20 de febrero de 2014, el Ayuntamiento de Avilés también se descolgó, con lo que el Principado asumió el 90% de la operación.

Lo que debería haber dado estabilidad financiera a la ZALIA no lo logró. Su situación económica es muy difícil y quizá de ahí viene la falta de información que rodea a las reuniones del consejo de administración de la sociedad. Al cierre de 2016 la deuda de la sociedad era de 104,9 millones de euros (103,3, con entidades de crédito y préstamos participativos, y 1,6, con acreedores), aunque la diputada de Foro Carmen Fernández eleva ya la cuantía a 107 millones.

Además la ZALIA necesita dinero para afrontar pagos inmediatos por las expropiaciones de terrenos. La previsión de pagos entre el 1 de enero y el 30 de abril es de 1.109.000 euros. Los puertos lograron el permiso para aportar 800.000 (en enero ya transfirieron 415.000) y el pasado miércoles el Ayuntamiento de Gijón vio cómo el Pleno municipal desbloqueaba la situación para que pueda desembolsar otros 1.687.200. En el aire está la aportación del Principado para este año, que su fallido proyecto presupuestario cifraba en casi ocho millones de euros.

Depreciación del 30%

Para incidir más en la herida, durante este tiempo el valor de los terrenos de la ZALIA se ha depreciado un 30% y solo se vendió una parcela. La compró la patronal del transporte Asetra, en 2007. Son unos 7.400 metros cuadrados por los que pagó 700.000 euros. A principios de este año hubo un rayo de esperanza cuando la empresa gijonesa Norsider anunció su intención de hacer una importante inversión en la ZALIA, pero desde entonces la sociedad logística no ha respirado.

El presidente de Asetra, Ovidio de la Roza, reconoce que los primeros años estuvieron puntualmente informados del devenir de la sociedad, pero poco a poco la comunicación comenzó a ser más limitada, hasta el punto de que con el último gerente, Miguel Díaz Abella, jubilado recientemente, el flujo de información fue cero. De la Roza apunta que «parece que con el consejero Fernando Lastra se quiere avanzar, pero eso no se sustancia con obras, más allá de los accesos que se están haciendo. Veo pasividad en la gestión y poco entusiasmo en los socios, especialmente en los ayuntamientos de Gijón y Avilés». En opinión del presidente de Asetra, «es una pérdida lamentable para poner a Gijón y Asturias en el mapa logístico. Otras comunidades autónomas tienen muy claros estos temas, pero aquí se habla de ello muy de tarde en tarde».

Asetra se vio muy perjudicada con esta situación, pues tenía previsto trasladar a la ZALIA no solo sus dependencias organizativas, sino también su centro de formación: «Teníamos los planos y hasta la contratación de la empresa que lo iba a hacer. Pero ahora es que ni los terrenos valen lo que valían. Todo cambió. Lo tenemos en 'stand-by'». La patronal del transporte no quiere crear problemas, pero De la Roza tiene claro que «no sabemos en qué acabará. Si no hay una determinación clara, tendremos que defender nuestros derechos. Ahora no estamos en esa situación. No hay que crear problemas, sino apoyar, pero es que ni nos lo piden». Es más, llegaron a aportar dos empresas para instalarse en la ZALIA que, viendo el panorama, desistieron.

Norsider también está interesada en esos terrenos. La falta de respuesta por parte de la ZALIA «no me parece seria», apunta De la Roza, que explica que «una empresa puede estar estudiando un proyecto, pero tiene un tiempo de decisión, en función de estrategias y objetivos. Es lógico que hayan estado negociando los precios del metro cuadrado, porque hubo un deterioro del mercado del 30%, pero tendrá un tiempo limitado para decidir». Desde la jubilación de Díaz Abella es la Autoridad Portuaria de Gijón la que ha asumido la gestión del día a día de la entidad, pero parece que nada ha cambiado. Por eso, Ovidio de la Roza ve la situación «con mucha incertidumbre, la contemplo con mucha tristeza, porque podría ser muy importante en temas logísticos teniendo al lado los puertos, Arcelor y muchas más industrias».

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