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Cirujanos de Cabueñes, en África

Cuatro cirujanos y un anestesista de Cabueñes operan de forma altruista en Benín | En seis días realizaron 40 intervenciones por hernias inguinales y lipomas en un hospital en el que colabora la ONG Asociación Infancia y Cirugía en Dangbo

ELENA RODRÍGUEZ / ÁNGELA S. CIFUENTES

GIJÓN.

Miércoles, 8 de noviembre 2017, 00:23

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«Siempre tuvimos la inquietud de ayudar donde apenas hay acceso a la sanidad. Como conocíamos a una persona que había colaborado con la Asociación Infancia y Cirugía en Dangbo y nos parecía que esta ONG, creada en 2014 por un grupo de sanitarios, hacía una grandísima labor, decidimos aportar nuestro granito de arena». Así fue cómo los cirujanos Helena Padín, Guillermo Carreño, Paola Lora; la médico residente de esta especialidad Ana Cabrera y la anestesista Laura Pérez pusieron el 27 de octubre rumbo a Dangbo, en el sur de Benín, en el golfo de Guinea.

Trabajadores del Hospital de Cabueñes, iniciaron el viaje por cuenta propia, en sus vacaciones, para operar de forma altruista a pacientes que precisaban de una intervención quirúrgica en este pequeño rincón de África. Contaron con la ayuda de la ONG para los visados, así como de farmacéuticas y empresas de suministro, que les donaron material médico y anestésico para poder desarrollar su labor allí. Llenaron cinco maletas de 23 kilos cada una.

Pasadas veinte horas de enlaces y vuelo, llegaron a la aldea, «donde no hay hambruna, pero sí pobreza y la tasa de médicos por habitante es bajísima». Prueba de ello es que, al poco tiempo, cuando ya empezaron a pasar consulta comprobaron que muchos adultos llegaban con «hernias inguinales muy voluminosas, en estado muy avanzado». De hecho, es una de las intervenciones que más han realizado junto con la de lipomas (bultos de grasa bajo la piel). Ese primer día atendieron a 52 pacientes y 40 necesitaban una operación.

Una vez hecho el diagnóstico, comenzaron a trabajar en el hospital que gestionan las Siervas del Amor Redentor de Cristo y que está dirigido por sor Opportune Tosse, religiosa y médica internista. Durante la semana pasada, de lunes a sábado, realizaron intervenciones con horarios muchas veces interminables, que comenzaban a las nueve de la mañana y acababan pasada la madrugada. Porque, pese a que el quirófano está equipado gracias a las aportaciones de la ONG que preside Jorge Parise, «solo hay dos personas que hacen labores de enfermería». No existe un equipo como tal ni celadores, por lo que los médicos han asumido labores adicionales. A ello hay que añadir «factores externos como las veces que se va la luz y que hay que echar mano del generador de emergencia» o situaciones de urgencia, como cuando tuvieron que reanimar a un recién nacido en parada cardiorrespiratoria.

En este centro, con condiciones básicas -«la sala donde guardan reposo los pacientes carece de baño y la comida la hace fuera la familia-, aseguran «haber aprendido muchísimo». Para estos sanitarios (naturales de Avilés, Sahagún, Ferrol y Ponferrada, pero que viven en Gijón desde hace años), éste era su primer viaje solidario y recomiendan la experiencia «a todo el mundo». Aún con sensaciones a flor de piel, han conocido «otra realidad en la que, pese a la falta de recursos, reina la alegría, la sonrisa, la amabilidad y el agradecimiento».

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