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Lunes, 18 de junio 2018, 05:15
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«El mensaje que tenemos que dar es doble: del cáncer de mama se sale y es necesaria más prevención. Hay que revisarnos según nos digan nuestros médicos». Hablaba ayer casi más como doctora especialista en cáncer de mama que como alcaldesa. Carmen Moriyón fue la encargada de cerrar la XI Carrera de la Mujer, cita que concitó a 8.000 participantes en una auténtica marea rosa que cubrió Gijón desde primera hora de la mañana.
Mientras entregaba, junto con el concejal de Turismo, Festejos y Deportes, Jesús Martínez Salvador, alguno de los premios, la regidora gijonesa destacó lo «fabulosa» que es esta prueba ya fija en la ciudad el tercer fin de semana de junio.
En su opinión, «en las noticias decimos que el cáncer de mama se cura en un 80 o 90% y en esta carrera lo vemos. Muchas de las que corren lo hacen solidariamente, en apoyo a las pacientes, pero otras muchas lo hacen porque ya pasaron por ese proceso». De hecho, señaló que «en esta carrera vemos muchas pacientes que ya se curaron hace años y hoy corren con sus hijas o con sus nietas». Para superar esta enfermedad, insistió Moriyón en «la prevención. Hay que acudir al especialista cuando haya un problema y dejarse orientar por ellos».
Para prevenir y curar se necesitan fondos. «Y esta carrera es la forma que tienen las mujeres en gritar a los cuatro vientos que hace falta invertir en investigación», señaló Javier Gavela. El organizador de la prueba confirmó que Gijón «será de nuevo escenario de esta prueba el año que viene», con una cifra de participantes ya consolidada «en las 8.000».
La más rápida de todas ellas fue Susana Celorio. Cuando solo habían pasado 19 minutos y 50 segundos desde que la montañera Rosa Fernández dio la salida, la atleta gijonesa cruzó la linea de meta. Tras ella, Alba García, Sonia Solar y Rocío Ríos. La atleta olímpica, en pleno proceso de recuperación, estuvo a punto de lograr el tercer puesto, «pero llegué muerta», confesó.
Del esfuerzo de todas se benefician la Asociación Española Contra el Cáncer, que recibe 100.000 euros, así como entidades volcadas en la investigación o, también, en la lucha contra la violencia de género, como Clara Campoamor o Wanawake. Todas las corredoras llevaban en su dorsal el número 016, el teléfono contra el maltrato.
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