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Ó. PANDIELLO / O. SUÁREZ
GIJÓN.
Miércoles, 9 de mayo 2018, 03:08
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Un agente de la Policía Local de Gijón ha sido detenido como presunto autor de una agresión el pasado 21 de abril. Ese día, según las primeras investigaciones, el agente golpeó a un vecino de Avilés que se había desplazado a Gijón para disfrutar de un partido de fútbol. Como consecuencia de dicho golpe la víctima sufrió una fractura en el tabique nasal que le obligó a recibir asistencia médica. La denuncia por estos hechos, sin embargo, se interpuso en los días posteriores al ataque a su vuelta a Avilés.
Ayer, dieciocho días después del ataque, el citado agente fue detenido y puesto a disposición judicial por su presunta relación con los hechos. Su situación dentro de la Policía Local, sin embargo, era excepcional. Desde hace más de cuatro años el agente estaba privado de su arma personal a causa de su «situación psicológica», según confirman desde el cuerpo.
Con motivo de la retirada de la pistola, el agente desempeñaba su trabajo como notificador, lejos del trabajo de calle en el que sería indispensable ir armado. Una vez recibida la notificación de su detención, asimismo, la Policía Local ha decidido suspender al agente hasta que se produzca una sentencia judicial firme, tal y como marca la normativa interna del cuerpo.
A lo largo de los últimos años, además, el policía gijonés ha concatenado numerosas bajas por depresión. Esta circunstancia ha hecho que su presencia en las dependencias policiales de la calle San José haya sido intermitente.
En este sentido, los desencuentros entre el agente, el Consistorio y el propio cuerpo policial vienen de lejos. El agente ha interpuesto numerosas denuncias a mandos superiores por considerar que se estaba intentando desprestigiar su trabajo y su autoestima profesional. Esta situación de presunto acoso laboral, además, fue manifestada por el policía desde hace más de una década y llegó a formalizarse a través de la vía administrativa primero y de la vía judicial después.
El agente consiguió que hace cinco años el Juzgado de lo contencioso administrativo número 1 admitiese a trámite sus reclamaciones, lo que puso en marcha un protocolo 'anti mobbing' enfocado a esclarecer los hechos y reconducir la situación. El resto de los pleitos, sin embargo, no han dado la razón al agente. Uno de ellos, incluso, llegó a elevarse al Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).
En estos procesos judiciales no se apreciaron motivos para condenar la actitud de los mandos de la Policía Local.
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