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GLORIA POMARADA
GIJÓN.
Lunes, 21 de agosto 2017, 00:48
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La 61 edición de la Feria de Muestras se iniciaba como la cita de la «consolidación». Así la definió en su discurso inaugural la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Dos semanas después, las cifras confirman que la Feria «se consolida», al lograr quedar por tercer año consecutivo por encima de los 700.000 visitantes. Tras el récord marcado en 2016, con 714.424 personas, en esta edición son 721.337 las que pasaron por el recinto, 6.913 más.
Los datos que manejan en la Cámara de Comercio revelan que «un 90% de los días superamos la taquilla del año pasado» y el director de la Fidma, Álvaro Muñiz, destaca que «el primer domingo fue antológico y casi se duplicó la entrada». Hasta el ecuador de la cita, la afluencia de visitantes alcanzaba los 319.848, con una media de 39.981 personas al día. En los últimos ocho días el ritmo se aceleró, y visitaron la Feria 401.489 más, lo que elevó la media total hasta los 48.089 visitantes al día.
Aun frente a estos buenos números, Muñiz señala, como es habitual, que para él «el récord no está en la cifra. Lo bonito es que la Feria sigue estando viva y la gente continúa apostando por venir. Es verdad que este año hay muchos más turistas en Asturias y en Gijón y nosotros nos beneficiamos de esa circunstancia». Ya el año pasado el turismo fue un factor que contribuyó notablemente al repunte de visitantes. Y este, con un incremento del número de viajeros en Asturias del 9% durante el primer semestre del año, parece afianzarse como un aliado de la Feria. «El secreto es que la mitad de España se está asando de calor y en Europa afecta la inseguridad, hay más gente en Asturias y la Feria es apetecible», explica.
El director de la Feria señala que en la taquilla de los últimos días no ha tenido ningún impacto un posible temor a nuevos atentados tras los ocurridos el jueves en Barcelona y Cambrils. «Estamos en un recinto cerrado, tampoco tenemos la repercusión que tiene Las Ramblas. Aquí puede suceder algo, pero de otra manera. Aunque también es difícil. El que quiera venir a hacer el gamberro tiene que pasar por una puerta y se le mira. Una actitud fuera de tono dura treinta segundos escasos». Con la irrupción de los atentados yihadistas en España, el punto de mira de la seguridad se situó en los eventos con mayor afluencia de público, si bien en la Feria «no se planteó reforzar la presencia policial porque siempre la tuvimos. Si atendemos a esas circunstancias nos ponemos a una altura peligrosa que se vuelve en contra de nosotros. Aquí se ha vivido un tinte de normalidad».
El «añadido especial» al récord de visitantes de esta edición es que «la bonanza ha llegado a la mayoría de los sectores», indica el director de Fidma. Si bien la institución no tiene acceso a los resultados de los expositores, a lo largo de los quince días de Feria el propio Muñiz baja al terreno «para ver cómo se comporta la gente y poner la carita por si alguien te la quiere arañar. La prueba del algodón es que cuando camino por el recinto veo que hay sonrisas». Uno de los sectores que destaca en cuanto a grado de satisfacción es el del mueble. «La crisis estuvo muy relacionada con la construcción. Me refiero a ese sector, pero también podría hablar de la artesanía y de otros», afirma. En el del automóvil, uno de los que tradicionalmente registran un mejor volumen de ventas, Muñiz detecta «una ilusión en el mercado» que coincide con «un parque móvil envejecido».
Entiende que si la cita de 2016 fue la de la «recuperación» y esta la de la «consolidación», no es más que por ser reflejo de la realidad económica nacional. «La Feria no es Marte y aquí la gente no se comporta de distinta forma que afuera. Tiene el embrujo y la posibilidad de comparar, pero no revoluciona el mercado». Añade que la variedad de visitantes que pasan por los 150.000 metros cuadrados del recinto permite «que aquí se pueda hacer el mejor estudio sociológico del mundo. Esto se convierte en un foro y eso da alegría, sobre todo cuando los momentos son ilusionantes como ahora». Ese «foro» al que Muñiz alude se ha jugado también en el terreno político, con un mensaje coincidente, independientemente de la filiación, desde los discursos inaugurales . La urgencia de impulsar las infraestructuras ha sido el mantra de esta edición y la variante de Pajares, el plan de vías de Gijón o la autopista del mar las palabras más repetidas, tanto en boca de la presidenta del Congreso, el ministro de Fomento, el presidente del Principado, la alcaldesa de Gijón y los consejeros y regidores de diversos consistorios de dentro y fuera de la comunidad, como Langreo y León. «Si hay sensibilidad se van a dar cuenta de la ilusión en la gente y eso va a tener un eco», augura Muñiz sobre el clima de entendimiento vivido.
Una de las novedades de esta edición fueron los autobuses lanzadera entre el aparcamiento disuasorio del campus y el recinto ferial. Tras un arranque sin apenas usuarios, el miércoles la cifra global se situaba en las 15.000 personas. «Acabaremos en los 20.000 aproximadamente», por lo que el año que viene se repetirá la experiencia. «En la retina de los ciudadanos debe quedar que en pocos años vamos a tener eso en todo Gijón», señala Muñiz en relación al futuro Plan de Movilidad.
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