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Lunes, 28 de agosto 2017, 21:56
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«Después de tantos días, mi hermano me ha dado un beso». Este era el mensaje lleno de felicidad y esperanza que escribió Marta Fernández, una de las hermanas de Germán, en el perfil que tiene en una red social. Ella, su madre y su otra hermana no dejan solo al camarero, de 24 años, que permanece ingresado en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde el 14 de julio, cuando un grupo de jóvenes le propinaron una brutal paliza. Le ponen música, le hablan, le leen, le enseñan colores... todo para intentar que Germán responda a los estímulos. Y lo hizo a uno concreto, que terminó con un beso a su hermana.
No es el único avance realizado por el joven. La semana pasada, los médicos que le atienden le taparon el orificio practicado para la traqueotomía. «Están esperando a que cierre, ya respira él solo, sin oxígeno», explicó su hermana a través del mismo canal. «Lo está haciendo muy bien. Le tocamos, le hablamos, le leemos, ponemos música, series... Intentamos estimularle y enseñarle letras y colores para ver si las ve», relató. Germán intenta hablar, pero «está cansado y muy muy delgado y débil». El joven se siente «agobiado, no entiende lo que está pasando» a su alrededor. Su familia confía en que la recuperación continúe por esta senda. De hecho si continúa así, «los médicos dicen que en un par de días estará en planta».
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