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Domingo, 31 de diciembre 2017, 15:21
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Tras un sábado de sol y cielos despejados, 2017 termina con chubascos ocasionales y fuertes ráfagas de viento que han obligado a los bomberos de la región a realizar varias salidas. En Gijón por ejemplo la caída de cascotes y toldos ha sido la principal fuente de quebraderos de cabeza.
Los profesionales tuvieron que desplazarse hasta la calle de los Moros 19, y también a la calle Roncal, para retirar partículas del edificio que se habían desprendido, afianzar las que amenazaban con seguir el mismo camino, y asegurar la zona. La faena obligó a trabajar con la escala directamente sobre la fachada.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) durante la mañana las ráfagas más fuertes alcanzaron los 53 kilómetros por hora en la ciudad. El organismo tiene activo el riesgo importante por oleaje, y mañana extiende el aviso a casi toda la región por fuertes vientos con rachas de 90 kilómetros por hora.
De momento, además del movimiento de cascotes, el vendaval se cebó con algunos toldos. Los bomberos de Gijón tuvieron que emplearse para recomponer alguno en la calle Rodríguez San Pedro que suponía un riesgo para los viandantes. Por cautela, los profesionales también se movilizaron a la zona del 'solarón', para afianzar el árbol de navidad levantado al lado de la pista de hielo. La anterior borrasca lo sacudió hasta casi tumbarlo, por lo que ahora se ha afianzado para que resista los vientos que se avecinan.
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