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Cajas registradoras, en primer plano, con una singular picadora en medio. ARNALDO GARCÍA
Noventa expertos para hallar reliquias

Noventa expertos para hallar reliquias

Los vendedores de antigüedades explican cómo buscar las mejores piezas | «El asunto es moverte. En muchas ocasiones tienes que hacer de Indiana Jones, pero merece la pena explorar», opina el catalán Robert Bosque

ÓSCAR PANDIELLO

GIJÓN.

Sábado, 14 de octubre 2017, 01:01

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Están atentos a llamadas, contactos por redes sociales o cualquier invitación para recorrer las estancias con más solera de cada vivienda. Su trabajo, ya convertido en pasión para muchos, tiene parte de tasador y parte de cazatesoros. Un equilibrio donde la exclusividad y la rareza se imponen sobre la antigüedad de cada objeto. «El asunto es buscar y moverte. En muchas ocasiones tienes que hacer de Indiana Jones para encontrar buenas piezas y, aunque muchas veces te cierren puertas, las que están abiertas merece la pena explorarlas». Así lo resume Robert Bosque, natural de Tarragona, uno de los noventa expositores que llenan estos días con reliquias, antigüedades y demás objetos de estética retro la Feria de Desembalaje.

Bosque, que acumula más de cinco años en el oficio, ha traído a Gijón una variada muestra en la que caben decoración, mobiliario y curiosidades de todo tipo. Aunque las visitas a casas antiguas suponen una buena oportunidad para aumentar su oferta, las redes sociales, explica, «nos han ayudado a recibir alertas y propuestas de venta», algo que combinan con un taller de restauración. Para esta feria, dos de sus artículos más preciados son dos luminarias ornamentadas de 1800 originarias de Tortosa. «Espectaculares», resume Bosque con admiración.

El gijonés Enrique Mijares, copropietario de la tienda 'De seis a ocho', es ya un habitual de la feria gijonesa. Lo que empezó siendo una afición por el coleccionismo, rememora, acabó convirtiéndose en oficio a causa de la acumulación de objetos. «Al principio vendíamos nuestro excedente a profesionales, pero después surgió lo de la tienda... y de eso ya hace más de veinte años», sintetiza.

Entre su género se pueden encontrar libros, pintura asturiana, joyería y una amplia variedad de mobiliario. «Mucha gente, a la hora de vender sus cosas, se mete en internet, empieza a echar cuentas y puede llegar a pedirte mil euros por una cubertería que en realidad vale 75. Por eso en muchas ocasiones solemos comprar a colegas, que saben mucho mejor cuál es el precio real de las cosas», asevera Mijares. Entre sus piezas favoritas, un gran mueble archivador de los años 20 de Cangas de Narcea y un busto de cerámica utilizado por los psiquiatras seguidores de la frenología durante el siglo pasado. Los dos en venta a un precio superior a los mil euros.

Juguetes y vinilos

Ferias como la gijonesa suponen una buena oportunidad para estos vendedores de reliquias, tanto para colocar parte del stock como para investigar en el catálogo de los demás. «Acabo de venir de una feria en Murcia y la próxima semana tengo otra en Albacete», explica David Martínez, de Logroño. Para él, la forma más habitual de encontrar nuevas piezas pasa por las llamadas de sus clientes y los viajes. «Siempre me contactan para decirme 'tienes que ver esto'. También viajo mucho a Francia para buscar», asevera.

El británico Barry King, habitual de las ferias de antigüedades españolas, también se encuentra este año entre los expositores. Sus especialidades son los juguetes de época y los vinilos. Entre las decenas de coches en miniatura, explica, la lógica es igual que con los auténticos. «¿Que cuánto cuestan? Pues de 5 a 30 euros. Depende del modelo y su estado de conservación, claro», afirma entre risas.

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