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M. MORO
GIJÓN.
Viernes, 17 de noviembre 2017, 01:03
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Palomas que son cazadas a plena luz del día por operarios que van en pareja y con una red que parece un aparejo de pesca. Una red en la que las aves quedan enroscadas con patas, picos y alas. A continuación los ejemplares, cuya suerte está echada, se introducen en cajas de plástico, como de fruta, donde quedan encerradas por decenas. Esta escena, que forma parte de la campaña de control de la especie contratada por el Ayuntamiento, se repitió en los últimos días en varios parques céntricos de la ciudad como el de Zarracina, el de la Fábrica del Gas o Begoña.
A varios vecinos, ajenos a que se trataba de una acción municipal contra las denominadas plagas urbanas -gaviotas y palomas-, les pudo la aprensión y avisaron a la Policía Local pensando que se trataba de episodios de maltrato animal. Uno de ellos fue el conocido arquitecto local Jovino Martínez Sierra, que no dudó el miércoles en llamar a los agentes municipales para que se pusiera fin a unos métodos de captura que le dejaron con muy mal cuerpo en Zarracina.
El Ayuntamiento justifica estos controles, que viene realizando la empresa especializada Tema 3, para evitar importantes problemas de salubridad pública en la ciudad. A través de la página web explica que los excrementos de las palomas ensucian y deterioran los espacios públicos, el mobiliario urbano, los edificios y otras propiedades particulares. Todo ello subrayado con la afirmación de que pueden ser, además ,el origen de plagas de insectos y ácaros.
En octubre de 2012 se elaboró el que hasta ahora es el último censo de palomas en el casco urbano, con el objetivo de evaluar la población estable de la especie y comprobar la eficacia de las campañas desarrolladas hasta esa fecha. El resultado, según recoge la web municipal, es que la población de palomas en Gijón experimentó un acusado descenso pasando de las 5.000 de 2005 a unas 1.900.
Tema 3 tiene firmado por contrato que cobrará un precio máximo de 450 euros (más 94,50 de IVA) por jornada de trabajo dedicada al control de palomas, hasta un máximo de seis anuales. Y el precio máximo por cada paloma capturada, una vez superados los 400 ejemplares, hasta un máximo de 600 en cada campaña anual es de 3,60 euros (más 0,76 de IVA).
Como cabía de esperar, las imágenes de las palomas que van a ser sacrificadas hacinadas en cajas y cazadas con red se propagaron ayer como la pólvora a través de las redes sociales. No solo hubo críticas de colectivos animalistas, sino también de ciudadanos en general que defendieron la búsqueda de métodos menos cruentos con los animales como es el uso de pienso para esterilizar a las aves. No faltaron quienes aplaudieron estas acciones municipales y la severidad de sus métodos calificando a las palomas eliminadas de «ratas voladoras».
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