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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Miércoles, 2 de mayo 2018, 00:39
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Durante seis meses han sido los dueños de San Lorenzo de la escalera 2 a la 9. Allí han hecho amigos, cavado hoyos en la arena, se han bañado en las frías aguas del Cantábrico y, sobre todo, han corrido kilómetros y kilómetros. Su presencia en el principal arenal sorprendió incluso a los cruceristas británicos que recalaban en Gijón. Con la llegada del mes de mayo les toca cambiar de escenario, pero sin renunciar a la playa: sus ladridos se trasladan a la escalera 24, la 'perriplaya' de El Rinconín, abierta a los perros los doce meses del año desde febrero de 2016.
En el festivo -y soleado- primer día de mes, la 'perriplaya' estaba repleta de canes que corrían alentados por sus amos. Éstos, algo alicaídos por el fin de la temporada para perros en San Lorenzo, se mostraban, no obstante, comprensivos. «Entiendo que durante el verano no puedan estar los perros por la playa. No es cómodo para nadie estar tomando el sol y que venga uno a molestar», concedía el ovetense Diego Arbesu, quien junto a su pareja, Paula Bousoño, se había desplazado a Gijón para llevar a 'Tuco', perro de aguas, a su elemento. Los tres son usuarios habituales de las tres playas de perros que hay en Asturias, lugares «estupendos» donde según Paula éstos pueden «correr, jugar y relacionarse con libertad».
Para Pilar Pombo, «hay que respetar que la gente quiera estar tranquila y que haya algunos a quienes no les gustan los perros. Es una cuestión de educación cívica», considera mientras atiende a Narco, adoptado en el albergue de Serín. Luz Rodríguez, dueña de 'Capo' -mezcla de labrador, setter y boxer- asegura entender que los animales «puedan molestar», pero no está del todo conforme con el cierre de San Lorenzo para ellos. «Creo que se podría abrir la playa a determinadas horas, por ejemplo a primera hora de la mañana y última de la tarde, cuando no haya salvamento». Esta vecina del centro considera que en la playa de El Rinconín «no tienen suficiente espacio como para hacer ejercicio». «Un tramo de Poniente podría estar bien porque está a mano de todo el mundo», propone.
En Gijón, hay 42 espacios públicos en los que se permite la estancia de perros en libertad. Javier López, Beatriz Castrillón y su bichón maltés 'Lisa' tienen al lado de casa uno de ellos, Los Pericones, pero como cerca del mismo está la carretera, prefieren la playa... de San Lorenzo. «Son tres meses, tampoco pasa nada, pero no contaba con que fueran a cerrarla tan pronto», comenta ella resignada. «Esta zona no es nada agradable. Los perros pequeños no pueden correr porque las piedras les molestan, creo que estarían bastante mejor en la escalera 23», apunta él. Ambos agregan que hay «dueños muy irrespetuosos» que no recogen los excrementos, y piden «civismo» por parte de todos. «Esta playa, aunque no sea tan amplia, es para nosotros y debemos intentar cuidarla».
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