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ÓSCAR PANDIELLO
GIJÓN.
Jueves, 30 de noviembre 2017, 00:31
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La presencia de la innovación y la tecnología en las aulas es una apuesta de futuro para los alumnos y para el tejido social de la ciudad. Así quedó patente ayer en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) con la gala de Alcoa Young Talent, un concurso en el que los alumnos de ESO y Bachillerato de varios lugares de Asturias unen imaginación y técnica para construir soluciones a todo tipo de problemas. «Es importante que su implicación se vea recompensado en este tipo de certámenes. Trabajan por las tardes, los fines de semana y siempre están dispuestos a mejorar», explica Rosana Álvarez, profesora de Tecnología del instituto Jerónimo González de Sama.
Este centro, precisamente, fue el gran protagonista de la mañana al conseguir dos primeros premios y una mención de honor entre las cuatro modalidades en las que se dividía el concurso. «Para la primera de ellas, que consistía en crear prototipos de simulación, se diseñó una caja fuerte, una alarma de incendios y una persiana inteligente», enumera Álvarez. Para la 'inteligencia' de las creaciones se usó Arduino, compañía de hardware libre, y el resto fue cosa del ingenio de los estudiantes. Así, con sensores de distancia y luz, crearon proyectos para las tres ideas e incluso una copia física de su caja fuerte.
Los vencedores se llevaron a sus institutos dos equipos de automatización y dos impresoras 3D con las que podrán seguir investigando para la edición del año que viene. Un trabajo en el que seguirán inmersos los alumnos del Jerónimo González, cuyo proyecto de gestión de residuos -también premiado en la tercera modalidad del concurso- ya está siendo estudiado por Cogersa. La idea, permitir conocer al detalle el estado de los contenedores, su peso y los hábitos de reciclaje.
«Queremos que haya más vocaciones entre la juventud. Con concursos de este tipo se fomenta la colaboración y la competición entre centros, algo que ya se ha comprobado que motiva. La enseñanza basada en proyectos, con retos, tiene que seguir explotándose para mejorar», destacó el catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática Hilario López, uno de los encargados de entregar los premios y diplomas.
Una de las propuestas más imaginativas de la mañana fue la presentada por Roberto, Rafael, Juan, Begoña, Jorge y César, del instituto San Ignacio. A la gala de premios llevaron una guitarra trufada de cables que, según explicaron, ilumina parte de sus trastres con tecnología LED para ayudar a los principiantes a hacerse con los primeros acordes. «Aprovechamos que la programación no es muy compleja para unir tecnología y arte», apuntaron minutos antes de recibir el diploma.
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