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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Domingo, 21 de enero 2018, 01:17
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'Makelele' se convirtió en apenas dos años en una de las caras más populares y amables de la concurrida 'ruta de los vinos'. A base de bromas, atenciones, conversaciones y confidencias, siempre haciendo gala de una exquisita educación, este senegalés que llegó a España como inmigrante ilegal consiguió meterse en el bolsillo no solo a los clientes de la vinatería Sinatra en la que trabajaba, sino al gremio de la hostelería para el que siempre tenía una buena palabra, un guiño e, incluso, una mano que echar en caso de apuro. Fue por esa afabilidad por lo que cuando las sospechas se cernieron sobre él tras el crimen de su expareja y exjefa, Sonia Meléndez Mitre, la mayoría de sus conocidos se decantó por respaldar la inocencia que él mantenía. Y mantiene.
Fueron las contradicciones en las que las que fue incurriendo las que llevaron a muchos a empezar a vislumbrar la supuesta cara oculta de Abdou Ndiaye, la misma que vieron los siete miembros del jurado popular que el viernes lo sentenciaron por el delito de asesinato.
Durante las cinco sesiones que se prolongó el juicio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, los familiares y amigos de la víctima hicieron piña y escucharon en la sala los crudos testimonios de testigos, forenses y policías que relataron cómo a la popular hostelera de 48 años la estrangularon sin posibilidad de defensa. 'Makelele' estuvo prácticamente solo durante el juicio, salvo la breve presencia de una joven con la que al parecer mantendría una relación sentimental desde hace tiempo.
Su mejor apoyo lo tuvo en su abogada, Ana Gloria Rodríguez, quien hizo un brillante alegato final intentado aportar explicaciones a cada una de las incongruencias en las que cayó su cliente tras su detención. Pero las sombras sobre él pesaron demasiado. Repitió hasta la saciedad que no se había alejado de la zona centro durante el intervalo en el que se fijó la hora de la muerte, pero la antenas de telefonía recogieron varias veces su dispositivo móvil en el barrio de El Lauredal, donde vivía Sonia y donde fue encontrado su cadáver. Aseguró que no se había cambiado de ropa aquel 16 de julio de 2015 y fue visto por varios testigos en chándal, un extremo que quedó recogido en las grabaciones de la cámara de seguridad. Cuando acudió con el tío de la víctima al domicilio vestía otro atuendo, una de sus impolutas camisas que vestía a diario. Los restos de semen encontrados en el cadáver y la ropa que vestía y la nota amenazante -«Mucho tiempo detrás de ti y de tu negro»-, que los peritos caligráfico le atribuyeron, acabaron por condenarle. El 86,9% de los veredictos de jurados populares en España es condenatorio. 'Makelele' intentará de nuevo mostrar su inocencia en el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias tras recibir una condena que oscilará entre los 18 y los 22 años de cárcel.
¿Pero, por qué acabó, presuntamente, con la vida de Sonia? Las acusaciones consiguieron demostrar que urdió un plan para matarla al no aceptar la separación sentimental y laboral. El móvil del crimen tuvo un componente de discriminación por razones de género, un agravante que mantenía la familia, representada por el penalista José Joaquín García. «Abdou se ganaba la vida como vendedor ambulante y cuando conoció a Sonia ella le dio trabajo, compañía, le abrió su círculo familiar y de amistades... Con la separación y el despido vio que todo eso se tambaleaba y no lo soportó», sostuvo la acusación.
Nadie vio durante el juicio a aquel 'Makelele' sonriente que se ganó a pulso el cariño del que era su nuevo entorno. Un entorno al que ha dejado mudo.
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