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Cientos de ciudadanos participaron en la vigilia en recuerdo de las víctimas.
«La gente llegaba desencajada pidiendo un teléfono para comunicarse»

«La gente llegaba desencajada pidiendo un teléfono para comunicarse»

Asturianos residentes en Mánchester fueron testigos de cómo los asistentes al concierto buscaban refugio en hoteles y restaurantes

ana moriyón

Miércoles, 24 de mayo 2017, 03:11

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«Los niños llegaban al hotel muy asustados. Habían escuchado una explosión y echaron a correr, pero al principio nadie sabía qué había ocurrido realmente. No supimos hasta unos minutos más tarde que era un atentado». El relato es de Álvaro Ornia, un ovetense afincado en Mánchester desde hace más de dos años que, actualmente, trabaja en la recepción del hotel Britannia, un equipamiento situado a unos ochocientos metros del Manchester Arena, donde en la noche del lunes un cruel atentado terrorista truncó la vida de una veintena de personas, entre ellos niños, que disfrutaban del concierto de Ariana Grande.

Ornia se encontraba en su puesto de trabajo cuando empezaron a telefonear padres preocupados consultando si sus hijos ya habían llegado al hotel que, por su cercanía al Manchester Arena, tiene una gran aceptación entre el público de los conciertos que se celebran con mucha frecuencia en este recinto. «Teníamos alojados entre quince y veinte personas que se habían trasladado desde otras ciudades expresamente para acudir a este concierto, pero luego llegaron más que buscaban desesperados alojamiento porque no había transporte público», explica. Él mismo es un apasionado de la música en directo y en el último año ha acudido a cuatro conciertos en este lugar. «Tenía el wasap reventado porque mi familia y mis amigos saben que voy a muchos conciertos en ese pabellón. Pero esto nos puede pasar aquí o en Madrid. No podemos hacer nada ni dejar de hacer cosas», declara.

Muy cerca también del escenario de la barbarie se encontraba José Manuel Martínez, quien lleva tres años viviendo en esta ciudad inglesa y su casa está a escasos 300 metros del Manchester Arena. José Manuel Martínez no escuchó la explosión porque, en el momento del atentado, se encontraba un poco más alejado, cenando en un restaurante próximo. Sin embargo, supo que algo grave había pasado por el «despliegue inusual» de servicios de emergencia que, de pronto, comenzaron a escucharse por el centro de la ciudad. Poco después, rememora, «empezaron a entrar en el restaurante personas desencajadas, llorando, pidiendo teléfonos para comunicarse con sus familiares». Aun está consternado por lo sucedido.

«Nunca te lo esperas»

José Manuel Martínez es entrenador de fútbol y natural de León, pero está muy vinculado con el Principado, donde residió durante más de dos décadas. Aunque es plenamente consciente de que el Reino Unido, donde continúa con sus proyectos futbolísticos, es un objetivo claro del Estado Islámico, reconoce que «nunca te esperas» que pueda ocurrir un atentado de estas características tan cerca de tu propia casa, y mucho menos en un concierto dirigido a público adolescente. «Es muy difícil de asimilar», declara Martínez, quien dirige en esta ciudad junto al padre del centrocampista asturiano Juan Mata el restaurante Tapeo and wine. «Existe un estado de nerviosismo general, la gente está muy alterada y muchos comercios han cerrado», describe, al tiempo que destaca que los ingleses se están volcando con las víctimas donando sangre y ofreciendo alojamiento. «El inglés es gente muy solidaria», aplaude.

Joaquín Fernández Barreiro también destacó ayer la solidaridad de los ingleses. «Hay eventos organizados, misas y reuniones de condena por todas partes», relata este ovetense, que lleva más de 20 años en esta ciudad. No obstante, advierte igualmente de que esta matanza puede tener consecuencias graves en la convivencia de una ciudad en la que cohabitan diferentes religiones y razas. «La comunidad musulmana está preocupada, obviamente, porque este atentado pone de nuevo el foco en la integración, que en Mánchester en particular y en el Reino Unido en general yo pienso que es modélica», sentencia. «No debemos olvidar que una parte importante de la gente de Mánchester, y por lo tanto de la que acudía a ese concierto, es musulmana», concluye a modo de reflexión.

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