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Emmerson Mnangagwa. Afp
Mnangagwa: «No debemos ser rehenes de nuestro pasado»

Mnangagwa: «No debemos ser rehenes de nuestro pasado»

Ha alabado el legado de su predecesor, Robert Mugabe, pero ha asegurado que el país inicia una nueva era

Efe

Harare

Viernes, 24 de noviembre 2017, 14:32

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El nuevo presidente provisional de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha pedido este este viernes a los zimbabuenses no "ser rehenes" del "pasado" y, aunque alabó el legado de su predecesor, Robert Mugabe, aseguró que el país inicia una nueva era.

En su primer discurso tras jurar el cargo, Mnangagwa afirmó que gobernará para todos sin importar "raza", "religión" o "afiliación política", y prometió que el próximo año se llevarán a cabo elecciones presidenciales tal y como estaba previsto.

"La voz del pueblo es la voz de Dios", dijo, e instó a mantener la unidad para afrontar los grandes desafíos que tiene por delante el país, que, recordó, son más importantes que las aspiraciones políticas individuales. Entre esas tareas destacó especialmente la de "reconstruir" la economía y afrontar problemas como los derivados de la tenencia de la tierra, la corrupción y mejorar en frentes como la pobreza extrema, el paro, la educación y la sanidad.

Para ello, lanzó un llamamiento a colaborar a la comunidad internacional, incluidos aquellos países con los que en algún momento Zimbabue tuvo desacuerdos, a los que pide "reconsiderar" ahora su postura y las sanciones económicas impuestas porque serán recibidos con "buena voluntad". "Todas las inversiones extranjeras tendrán seguridad en Zimbabue", recalcó. "En este mundo global el aislamiento nunca es viable. La solidaridad es y siempre será el camino", dijo, con menciones expresas al papel de Zimbabue dentro de la Unión Africana y la Organización de Naciones Unidas.

Respecto a la propiedad de la tierra, consideró que hay que trabajar para evitar errores del pasado y que van a trabajar para compensarlos, aunque descartó revertir la expropiación de granjas a los blancos. "La posesión de nuestra tierra no puede ser cuestionada", matizó, porque "fue la razón fundamental de nuestra lucha por la liberación" del país y "sería traicionar a los que dieron su vida" en el proceso de independencia.

Conocido en el país como "Cocodrilo", Mnangagwa reconoció que en los últimos años la política nacional se volvió "envenenada" y "polarizada" y que muchos de los problemas que tiene ahora el país, pese a sus recursos "extraordinarios", tienen que ver con la forma inadecuada en la que se manejó Zimbabue.

No obstante, tuvo palabras de reconocimiento para el papel en la historia de Zimbabue de Mugabe, para él un "padre", "mentor", "líder" y "camarada", palabras que fueron acogidas con tímidos aplausos entre el público asistente. El que fuera vicepresidente de Mugabe hasta su destitución el 6 de noviembre confió en que el ex jefe de Estado tendrá un lugar apropiado en la "historia" como uno de los "padres fundadores y líderes" de la nación.

La ceremonia, que se desarrolló en ambiente festivo en un estadio de la capital, Harare, contó con la presencia de representantes internacionales, como el ministro de Telecomunicaciones de Sudáfrica o el presidente de Botsuana, Ian Khama. También hubo representación de otros países de la región, como Zambia o Namibia. El que no acudió es Robert Mugabe, tal y como había anticipado ayer que seguramente ocurriría el secretario de Prensa, George Charamba.

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