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Rand Paul.
Rand Paul lanza su candidatura a la Casa Blanca

Rand Paul lanza su candidatura a la Casa Blanca

El senador por Kentucky, estrella emergente dentro del Partido Republicano, se convierte en el segundo aspirante oficial, tras Ted Cruz

Óscar Bellot

Martes, 7 de abril 2015, 15:31

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Rand Paul, senador por Kentucky y estrella emergente del Partido Republicano, ha anunciado su intención de postularse a las primarias del 'Grand Old Party' con el fin de obtener la candidatura a las presidenciales de 2016. Se convierte así en el segundo en hacer oficial su entrada en la carrera hacia la Casa Blanca después de que Ted Cruz, senador por Texas, hiciese lo propio hace unas semanas.

"Me presento para presidente para devolver a nuestro país los principios de libertad y Gobierno limitado", ha manifestado Paul, en un mensaje publicado en su página web.

Rand Paul es hijo de un viejo conocido del Partido Republicano, Ron Paul, máximo exponente de la corriente libertaria dentro de las filas conservadoras y antiguo contendiente, como ahora lo será su hijo, por la Casa Blanca. Ron Paul se presentó a las primarias republicanas en 2012, pero hubo de claudicar ante el mayor empuje del exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, quien venció en la carrera a otros aspirantes como el exsenador de Pensilvania Rick Santorum o el gobernador de Texas, Rick Perry.

Azote de Obama

Rand Paul es senador por Kentucky desde que en 2010 obtuviese el escaño en las elecciones de mitad de legislatura que llevaron al Capitolio a numerosos republicanos, cumpliendo así la tradición de golpear al partido que ostenta la Casa Blanca entregando alguna de las cámaras, en este caso la de Representantes, a la oposición con el fin de contener las medidas del presidente.

Desde entonces, Rand Paul se ha convertido en uno de los mayores azotes del presidente Barack Obama, sobre todo en el campo económico. Su figura no ha dejado de coger brillo, al tiempo que declinaba la estrella de otros prominentes líderes del 'Grand Old Party' como el senador y antiguo aspirante a la vicepresidencia Paul Ryan o la de su compañero de ticket en 2012, Mitt Romney, quien a finales de enero anunció por sorpresa su decisión de no volver a postularse para la presidencia.

En estos años, Rand Paul se ha convertido en uno de los estiletes del 'Tea Party', pero ha sabido extender su mensaje más allá de las capas de población en las que los mensajes de esta corriente suelen hallar predicamento. A sus 52 años, Paul ha enfatizado la necesidad de que el Partido Republicano actualice sus propuestas con el fin de hacerlas atractivas para sectores que tradicionalmente se decantan por los demócratas. Sus posiciones, de difícil encaje dentro de la ortodoxia republicana, le han valido las críticas de sus correligionarios, que han atacado su actitud en asuntos como Cuba, Irán o el espionaje de las comunicaciones.

Un 'maverick'

La estrategia del senador de Kentucky se parece bastante a la seguida por su padre. Es lo que podría denominarse un 'maverick', denominación aplicada en la terminología política estadounidense a quienes marcan su independencia respecto a los postulados de su partido sin abjurar de él. De ella han presumido numerosos políticos antes que Paul, el más famoso de los cuales tal vez sea John McCain, senador por Arizona y rival de Obama en las presidenciales de 2008.

Pero esa etiqueta, que podría atraerle el voto de los electores más moderados e incluso de los descontentos con el rumbo emprendido durante los dos mandatos de Obama, también puede convertirse en una rémora a la hora de captar los apoyos suficientes para obtener la nominación en las primarias, donde a los candidatos se les exige una mayor ortodoxia que en las presidenciales.

Rand Paul, que se denomina a sí mismo como un "conservador libertario" o "conservador constitucionalista", tendrá que hacer frente también a quienes le acusan de haber virado sus posiciones en aras de su ambición de convertirse en presidente. Así, mientras en el pasado abogaba por una menor implicación de Estados Unidos en el tablero internacional, en consonancia con las ideas de su padre, ahora es más proclive a que el país haga uso de su condición de superpotencia para resolver algunos de los conflictos que azotan el mundo.

Los potenciales contendientes

Unos cambios de opinión que a buen seguro pondrán sobre la mesa sus oponentes. De momento, Ted Cruz es el único que ya ha dado el paso. Pero todo apunta a que en breve lo hará también Jeb Bush, antiguo gobernador de Florida e hijo y hermano de presidentes. La próxima semana podría sumarse a ellos Marco Rubio, senador por Florida de origen cubano, aunque siempre se ha mostrado como un férreo defensor de la intransigencia de su partido en materia migratoria. La carrera dentro del bando republicano está abierta a otros potenciales contendientes como Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas; Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey; o Scott Walker, gobernador de Wisconsin.

Mucho más despejado se presenta el panorama dentro de las filas demócratas, donde todos esperan que la exsecretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, confirme su vuelta a la carrera presidencial, de la que salió mal parada en 2008. Ahora, con el crédito ganado durante sus años al frente de la diplomacia estadounidense, parece una aspirante mucho más sólida, aunque no exenta de vulnerabilidades, como ha puesto de manifiesto el escándalo desatado a cuenta del uso de su correo personal para abordar cuestiones diplomáticas. Tan sólo Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, parece capaz de hacerle algo de sombra, aunque las encuestas la sitúan a una distancia sideral de Clinton.

Hillary Clinton cuenta con una ventaja de 49 puntos sobre el vicepresidente Joe Biden, de acuerdo con el último sondeo difundido por la cadena Fox. Ese mismo canal coloca a Walker al frente de los republicanos, con una ventaja de tres puntos sobre el segundo, Jeb Bush, y de seis sobre Rand Paul. Todos ellos perderían en las presidenciales ante Clinton, a excepción de Bush, a quien Fox sitúa empatado con la demócrata.

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