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Sergei Skripal, en una imagen de archivo. EFE
El exespía ruso Skripal pudo ser envenenado en su casa

El exespía ruso Skripal pudo ser envenenado en su casa

El equipo que investiga el intento de asesinato, integrado por más de 200 policías y militares británicos, estudia si el gas pudo traerlo de forma involuntaria su propia hija

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal. Londres

Viernes, 9 de marzo 2018, 21:22

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Los movimientos de la Policía antiterrorista británica y de las tropas que la refuerzan en Salisbury y su comarca sugieren que podrían estar en lo cierto quienes dicen que la investigación se centra ahora en el envenenamiento de Serguéi y Yulia Skripal en la misma casa del exespía ruso. La versión más truculenta dice que pudo ser la propia Yulia, que le visitaba, la que trajo sin querer el veneno.

Otra especulación se centra en el papel de una mujer, captada por la cámara de una tienda en el centro comercial, caminando junto a padre e hija, y paseando un perro. Al poco tiempo el vídeo capta a los coches de policía acudiendo al incidente. Pero las imágenes no son nítidas y la mujer podría estar efectivamente paseando a un perro y adelantando a los otros dos.

La investigación se combina con una operación de seguridad. Cerca de doscientos soldados, especialistas en armas biológicas o químicas, aíslan las zonas quizás contaminadas. Analizado también la central de ambulancias. Más sorprendente es la pesquisa, ayer, en las tumbas de Ludmila, esposa de Serguéi, y de Alexánder, su hijo. Pero no se han exhumado sus cadáveres.

El dato que apunta a la intimidad de los Skripal como lugar del crimen es que Nick Bailey, el policía que se encuentra hospitalizado con síntomas que ya son menos graves, no habría sufrido la contaminación con el gas venenoso en el pequeño parque donde padre e hija fueron hallados en un estado catatónico, sino en el domicilio de la familia, cuando fue a investigar el pasado domingo.

En una historia de espías, es normal que Serguéi Skripal fuese encarcelado en Moscú por cobrar 80.000 euros por la venta de secretos, llegue desde la cárcel a Inglaterra con dinero en mano para comprar una casa de 300.000 y conduzca un BMW 3. Estaba en un polígono industrial, pasando por debajo de las líneas de tren, a unos cuatrocientos metros de la casa, donde había sitio de sobra para aparcarlo.

Un taxista dice que le habría recogido 30 o 40 veces de la estación de tren en los últimos dos años. Regresaba de Londres. Le decía que trabajaba para el Gobierno. Es congruente el número de viajes con las voces que emergen explicando que daba charlas ocasionales, asistía a reuniones,… con servicios británicos de inteligencia o agencias amigas.

Conexión española

Ni su viuda, ni sus allegados, ni el juez que investigó su muerte descartaron que Alexánder Litvinenko fuese asesinado por colaborar con el CNI español para identificar los vínculos entre el Kremlin y redes de blanqueo de dinero en España. Segñun 'The Times', Skripal estaba destinado en Madrid cuando lo fichó el espionaje británico, MI6. Ahí terminan las coincidencias.

Litvinenko fue policía. Skripal era coronel del GRU, el departamento central de inteligencia del Ejército. Con su experiencia, entenderá a los dirigentes actuales y su consejo sería apreciado, o quizás cultivaba amigos en Moscú para obtener información y venderla. Matarlo a través de uno de sus viejos amigos, que le envía un regalo envenenado con su hija, encajaría todas las piezas de la novela. Pero eso nunca ocurre en la realidad.

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