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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
Puigdemont (d) saluda a Forcadell. Toni Albir (Efe)
Puigdemont se muestra dispuesto a «todo» para hacer el referéndum

Puigdemont se muestra dispuesto a «todo» para hacer el referéndum

El presidente de la Generalitat advierte a Rajoy de que llegará «hasta el final», incluso si intenta «boicotear» la consulta del 1-O

Cristian Reino

Barcelona

Viernes, 8 de septiembre 2017, 21:04

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Junto a un enorme cartel con la palabra «sí», el presidente de la Generalitat enseñó ayer los dientes y se mostró dispuesto a «todo» para llegar hasta el «final» y conseguir celebrar el referéndum, la apuesta de su gobierno para esta legislatura.

En un acto de la ANC en Sant Joan Despí (Barcelona), Puigdemont quiso lanzar un mensaje optimista a la tropa independentista al final de una jornada en la que se puso en marcha el proceso judicial contra el Gobierno catalán en pleno y contra la mesa del Parlamento autonómico. El dirigente nacionalista admitió que se la va a jugar en el órdago contra el Estado, pero avisó que no hay marcha atrás. La apuesta del independentismo es temeraria, según los grupos de la oposición, pero no busca otra cosa que la acción desproporcionada del Gobierno central para que las reivindicaciones catalanas sean atendidas en el ámbito internacional.

El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, quien, junto a la CUP, marca el tono, el ritmo y hasta los pasos del secesionismo, dio ayer algunas pistas sobre qué quiere decir el presidente de la Generalitat cuando afirma que está dispuesto a todo con tal del celebrar el referéndum. Cataluña ya es soberana, dijo, tiene una ley propia que regula el referéndum y no debe someterse a los tribunales españoles. Si Puigdemont, Forcadell o el dirigente que sea es inhabilitado, al día siguiente accederá a su despacho a seguir ejerciendo su cargo, advirtió. Este supuesto, de cumplirse, situaría al caso catalán en el terreno del conflicto. «Algunos arriesgaremos mucho. Iremos hasta el final y os garantizamos que no fallaremos», aseguró Puigdemont en el acto de la ANC, donde trató de calentar la Diada del lunes, en la que el independentismo pondrá el termómetro de cara al 1-O. «No escatimaremos ningún esfuerzo», remató.

En realidad, y a pesar de la contundencia de sus palabras, Puigdemont no hizo ayer más parafrasear a Mariano Rajoy. «Haré todo lo necesario sin renunciar a nada» para impedir el referéndum. «Esa consulta no se va a celebrar», dijo. La batalla cuerpo a cuerpo del 1-O ya ha comenzado. El Parlamento catalán aprobó entre el miércoles y el jueves toda la artillería para poder celebrar el referéndum: ley de la consulta, decreto de convocatoria y ley fundacional de la futura república. El Estado respondió con el Tribunal Constitucional y la Fiscalía. A partir de ahora, la pelota está de nuevo en el tejado soberanista.

Y de entrada, el gobierno catalán lanzó ayer dos mensajes al Ejecutivo central. El primero fue tratar de trasladar la sensación de que todo sigue su curso y que la preparación del referéndum no se detiene, a pesar de la suspensión de la ley y el decreto. Así, por ejemplo, el consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, recibió en su despacho a la primera misión internacional de observación electoral acreditada para el referéndum del 1 de octubre, integrada por seis miembros procedentes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Holanda y Polonia. Según Romeva, la propia Sindicatura Electoral del referéndum, recogida en la ley del referéndum que ha suspendido el Constitucional, acreditó a este grupo de expertos, encabezada por Daan Everts, cuya función es analizar todo el proceso hasta el 1-O.

El otro aviso de Puigdemont fue un anuncio. Confirmó que asistirá a la manifestación de la Diada del 11-S, que organizan la ANC y Ómnium (ya acudió el año pasado), y trasladó, de esta forma, que buena parte de la resolución del proceso soberanista se va a librar a pie de calle.

El independentismo confía además en que si el Gobierno central se pasa de frenada, el actual empate electoral existente entre independentistas y no independentista puede inclinarse a su favor, pensando en las elecciones catalanas, que pase lo que pase el 1-O no están muy lejos y serán decisivas. «Por cada miedo, diez esperanzas; por cada amenaza, diez ilusiones; por cada cara de enfadados, diez sonrisas, y por cada intento de boicotear la votación, diez votantes más», remató el presidente de la Generalitat.

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