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El monumento prerrománico San Julián de Los Prados tiene instalados sensores tanto en su interior como su exterior desde el pasado mes de diciembre.
Patrimonio instala sensores en Santullano y Santo Adriano para vigilar su conservación

Patrimonio instala sensores en Santullano y Santo Adriano para vigilar su conservación

Decide monitorizarlas y medir durante un año la humedad, la temperatura y las vibraciones del tráfico de cara a elaborar un plan de rehabilitación

CAROLINA GARCÍA

Sábado, 7 de junio 2014, 01:30

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Patrimonio quiere conocer en tiempo real qué ocurre en las entrañas de dos de las joyas prerrománicas del concejo. Como si de un gran hermano se tratara, ha colocado estratégicamente sensores en el interior y exterior de San Julián de Los Prados y Santo Adriano de Tuñón para conocer con exactitud la situación en la que se encuentran de cara a elaborar un plan de restauración que no caiga en saco roto.

El director general de Patrimonio Cultural, Adolfo Rodríguez Asensio, fue muy claro ayer en la exposición del estudio. Se trata de aprovechar las mejores técnicas para acceder en profundidad al edificio y elaborar un diagnóstico minuto a minuto de factores como la humedad y la temperatura (vitales para la conservación de las pinturas murales) en ambos monumentos prerrománicos. El proyecto supone un paso hacia delante muy importante ya que hasta ahora «los resultados se obtenían mes a mes».

En la iglesia de Santo Adriano, el Principado quiere saber, tras sus obras de drenaje en la cabecera, el nivel de humedad. Y es que dependiendo del resultado podría estar en peligro su restauración. «Tiene unas pinturas fantásticas que no se ven a consecuencia de las tremendas humedades. Existe un problema importante», aclara Asensio. Los sensores ofrecerán una visión global del problema. En el caso de Santullano además de esos parámetros, miden las vibraciones que soporta el templo a causa de la autovía, así como el grado de inclinación. Es precisamente el tráfico, «una herida abierta en los 70» que, tiene ahora con este proyecto, a juicio del director de Patrimonio, una oportunidad «fantástica» para cicatrizar. En total son 10 los sensores instalados el templo de Los Prados. En ambas iglesias llevan capturando datos desde diciembre del año pasado y aún les quedan otros seis meses por delante.

Dos empresas asturianas

Este «novedoso» sistema tiene sello asturiano. Son dos empresas, Rebollo Ingeniería y Thingtrack que, cada una en su campo, han ideado el sistema, elegido los puntos estratégicos donde colocar los sensores, y puesto en marcha la plataforma web para conocer todos los datos en tiempo real. Para su puesta en marcha Patrimonio ha destinado, según adelantaron en su presentación, 4.000 euros para Santo Adriano y 24.000 para San Julián de Los Prados. Junto a su director, María Hernández, arquitecto de Patrimonio, recalcaba la importancia del estudio para poder poner en marcha un plan «de conservación preventivo». La idea es perfilar ese proyecto en un futuro «no muy lejano».

Ahora ya están instalados los medidores pero, hasta llegar aquí, hubo un duro trabajo de meses. Lo explica Javier Rebollo. Primero tuvieron que conocer la patología de los templos para saber qué parámetros controlar para decidir qué sensores colocar, cuántos y dónde. «Es como un enfermo que está en la UVI al que monitorizamos para tenerlo totalmente controlado». Los aparatos capturan la información y acceden a los datos a través de una aplicación informática. Y es ahí donde entra en juego la empresa Thingtrack. «Nos permite conocer qué ocurre cada día a lo largo de meses para obtener conclusiones certeras». Manrique Canteli, ingeniero industrial de la empresa con sede en Gijón, indica que el sistema de «monitorización inteligente» se está utilizando ya en edificios que están en peligro de ruina, que cuentan con un alto valor histórico o son singulares y en instalaciones industriales y marítimas.

El futuro

El resultado más inmediato es ese plan de conservación para San Julián de Los Prados y Santo Adriano de Tuñón. Pero Patrimonio tiene en mente un proyecto aún más ambicioso que pasa, tras analizar cómo funciona en ambas iglesias, por trasladarlo a otros monumentos de la región. En este sentido, Adolfo Rodríguez Asensio reflexiona sobre dos ejes fundamentales. Por un lado todo las joyas prerrománicas que hay en Asturias y por otro, el Arte Paleolítico. «Se podría medir la temperatura y la humedad, por ejemplo, de cuevas donde las pinturas» se han ido dañando con el paso del tiempo. Y es que la técnica da la oportunidad de «acceder a datos concretos» y además, su coste resulta «barato».

Será dentro de seis meses, a finales de año, cuando tengan en su poder todos los resultados y puedan presentarlos en sociedad. Tanto San Julián de Los Prados como Santo Adriano de Tuñón «son dos monumentos que llevan todo nuestro mimo desde el punto de vista de la conservación».

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