Nuevo incendio en una de las naves de la fábrica de loza de San Claudio

La antigua fábrica de loza de San Claudio sumida desde su cierre hace cinco años en el más absoluto abandono sufrió un nuevo incendio que arrasó una de sus naves. Efectivos del servicio de Extinción de Incendios y Salvamento tuvieron que desplazarse en dos ocasiones hasta la localidad: tras pasar la noche extinguiendo el incendio, a primera hora de la mañana del domingo, los rescoldos reactivaron el incendio en la locería.

El primer aviso sonó a modo de llamada telefónica en la centralita del cuartel de Bomberos en la noche del sábado al domingo. Pasada la media noche alguien advirtió que en la fábrica de loza se veían llamas. Dos dotaciones de bomberos con cinco efectivos trabajaron durante cuatro horas para sofocar el incendio, que, todo apunta, fue provocado. «Había bidones, no sabemos si de gasoil o aceite. En todo caso, estaban quemados y cualquier tipo de resto en los mismos podría haber sido el desencadenante del fuego», expresaba el mando que estaba ayer de guardia. A su juicio, y a falta de conocer los resultados de la investigación de la policía judicial, «el incendio por supuesto parece que fue provocado».

La central del 080 recibió una segunda llamada a las siete de la mañana. Informaban de que de la fábrica de loza de San Claudio volvía a salir humo. Los bomberos regresaron a la localidad. Esta vez con el doble de medios: cuatro dotaciones y diez efectivos. Algún rescoldo se reactivó en una nave dedicada a taller de 500 metros cuadrados. Permanecieron en el lugar hasta pasada la una de la tarde, cuando el incendio quedó extinguido.

La techumbre de la nave, fabricada con madera y uralita, se derrumbó «por la intensidad de la combustión y el efecto de los acelerantes que probablemente había allí». Lo poco del tejado que quedaba en pie fue derribado por los propios bomberos «por cuestiones de seguridad».

La tarde del pasado 9 de agosto, el edificio que antaño ocupaba la gerencia de la locería también ardió. Los Bomberos tardaron varios días en sofocarlo. Trabajaron día y noche para evitar que los rescoldos se reavivaran. En este caso, también atribuyeron las llamas a la presencia humana. «En la fabrica de loza puede entrar quien quiera», apunta el mando de bomberos.