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García de Castro y Ríos, ayer en la conferencia.
«Las primeras casas aparecen en Oviedo en 1127, antes fue un núcleo monástico»

«Las primeras casas aparecen en Oviedo en 1127, antes fue un núcleo monástico»

César García de Castro y Sergio Ríos ofrecen una conferencia sobre los orígenes de la ciudad en las Jornadas de Arqueología Medieval

M. LASTRA

Sábado, 15 de noviembre 2014, 00:14

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El arqueólogo Sergio Ríos González afirmó ayer que «Oviedo no nació como ciudad». Así lo aseguró en las II Jornadas de Arqueología Medieval que la Asociación de Profesionales Independientes de Arqueología de Asturias (APIAA) organiza en el Museo Arqueológico de Asturias. Junto a César García de Castro, arqueólogo del servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura, intentó establecer el origen de la capital asturiana, ligada indiscutiblemente a un primer núcleo monástico.

León y Lugo eran las ciudades romanas más próximas cuando en Oviedo se estableció una comunidad eclesiástica, compuesta por canónigos, monjes y presbíteros. Ellos fueron los primeros ciudadanos, que se asentaron en los alrededores de lo que hoy es la Catedral, Las Pelayas, el Bellas Artes o el Arqueológico. Ríos y De Castro reconocen que «hacer una cronología absoluta de Oviedo es complicado». Lo que sí se sabe con certeza es que fueron cristianos y religiosos los primeros en ocupar la ciudad. El resto de la población vivía en los alrededores, «fundamentalmente en las planicies de Llanera y en las laderas del monte Naranco».

Hay quien dice que «Oviedo antes del siglo XII no es una verdadera ciudad, sino un topónimo». De hecho, el primer poblamiento llega en el año 1055 y las primeras casas aparecen en el 1127. Ríos también quiso destacar que en 1115 surge la primera población de moradores francos y que hubo que esperar unos años, hasta 1122, para contar con una población de foráneos. Además, recordó que en 1112 Doña Urraca otorgó todo Oviedo a San Salvador. De esta donación sería artífice el obispo don Pelayo, «consciente de que ya no solo existía una comunidad monástica, sino de que nacía una ciudad».

San Salvador

Ligada indiscutiblemente al origen de Oviedo está San Salvador. César García de Castro explicó que el primer templo levantado era «una basílica de tres naves, tribuna a los pies, un transepto y una cabecera única». Además, contaba con 12 altares dedicados a los 12 apóstoles. Lo cierto es que «no se conoce con certeza si eran individuales o estaban emparejados», aunque siglos después la Cámara Santa «los sigue teniendo encadenados». Todo parece indicar que esta teoría es la correcta, ya que el Libro de las Calendas habla de siete lámparas, «una para el altar principal y San Salvador y otras seis para los altares de los apóstoles». Lo más llamativo es su ubicación. La del titular del templo estaría en la cabecera y las restantes, en el cuerpo, un enclave «no seguro, pero sí muy probable», que no es el habitual. «En el resto de las basílicas las naves están vacías hasta mediados del siglo XIII, y esta organización que existe en Oviedo es muy peculiar», relató el arqueólogo.

Las jornadas, que cuentan con la colaboración de EL COMERCIO, finalizarán el viernes 21 de noviembre con una charla sobre la formación del fortificado en el norte peninsular entre la antigüedad y la Alta Edad Media, y otra acerca de la formación del paisaje eclesiástico, arquitectura y religiosidad entre los siglos VI y XI. Pero, primero, hoy, tendrá lugar una visita guiada al Museo Arqueológico de Asturias y el jueves 20 de noviembre se inaugurará la exposición 'San Miguel de Lillo a través del tiempo' en el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano. Las jornadas, que celebran su segunda edición, cuentan con una gran respuesta por parte del público, que ayer llenó la sala, lo que obligó a muchos a quedarse de pie.

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