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ANA SALAS
Martes, 25 de noviembre 2014, 00:28
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Cerca de una veintena de mediadores se han inscrito ya en el servicio que pone en marcha la Cámara de Comercio. Ahora falta que lleguen los empresarios que tienen conflictos civiles o mercantiles y están dispuestos a solucionarlos sin necesidad de acudir a un tribunal. El presidente de la entidad cameral, Fernando Fernández-Kelly, destacó que quienes se acojan al mismo ahorrarán costes y tiempo: «Los conflictos se resuelven en horas o días en lugar de en años» como ocurre en los tribunales, y su resolución tiene igual validez.
Presentó ayer la iniciativa en una jornada en la que estuvo acompañado por, entre otros, el magistrado titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo, Alfonso Muñoz Paredes; el abogado y magistrado en excedencia, Agustín Azparren; y el decano del Colegio de Abogados de Oviedo, Enrique Valdés Joglar.
Este último alabó la iniciativa de la Cámara (el proyecto es nacional) y destacó la disposición de los abogados a la mediación aunque reconoció la oposición de algunos letrados a impulsar este tipo de actividad por entender que les resta oportunidades laborales. Dudó, sin embargo, de la disposición de los ciudadanos, que no de los empresarios advirtió, de estar dispuestos a llegar a un acuerdo en lugar de «morir matando».
El magistrado Muñoz Paredes, por su parte, subrayó las virtudes de este proceso ya no solo porque supondrá menos costes para los empresarios (tendrán que pagar 120 euros de tasas y entre 120 y 350 euros en función del litigio) sino porque descargará a la Justicia e incluso podría llegar a mejorar la situación económica en cuanto que hay muchas empresas «en barbecho a la espera de decisiones judiciales».
La Justicia, «olvidada»
Criticó la falta de medios humanos y técnicos (él acaba de comprarse un ordenador, tienen que pagar la toga e incluso la medalla en caso de que les concedan una por el trabajo realizado, puso como ejemplo) de los jueces (5.000 en toda España) y la Justicia, «con una organización anclada en el siglo XIX que no acaba de cambiar, olvidada».
Subrayó que en Inglaterra y Gales la mediación se puso en marcha en 1999 y diez años después había conseguido reducir un 60% la litigiosidad, confiando en que aquí ocurra lo mismo. Algo que, además, será una mejora para «la salud» general al ser el origen del conflicto, en muchas ocasiones, una disputa familiar con el componente emocional que supone, apuntó Azparren.
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