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«No iba a más de 35 kilómetros por hora cuando se confundió de pedal»

«No iba a más de 35 kilómetros por hora cuando se confundió de pedal»

Su letrado Jorge García Gómez aseguró que «viajaba por Marqués de Santa Cruz despacio, de hecho la patrulla policial que luego le arrestó circulaba a su lado, pero a más velocidad y le rebasó»

Idoya Rey

Viernes, 26 de diciembre 2014, 19:41

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El hombre de 71 años que el pasado miércoles atropelló a siete personas en la plaza de La Escandalera circulaba a no más de 35 kilómetros por hora. Lo ha explicado su letrado, Jorge García Gómez. "Bajaba por Marqués de Santa Cruz despacio, de hecho la patrulla policial que luego le arrestó circulaba a su lado, pero a más velocidad y le rebasó", expresó. Fue al llegar a la plaza de La Escandalera cuando el conductor confundió el pedal del freno con el del acelerador y al esquivar el coche patrulla embistió un semáforo e invadió la isleta peatonal entre la calle Uría y la plaza de La Escandalera arrollando a siete personas.

Una Nochebuena trágica

Los bares del centro de la ciudad rebosaban de reencuentros navideños, brindis a la hora del vermú entre las compras de última hora para la cena de Nochebuena. Rondaban las dos y media de la tarde cuando en el corazón de Oviedo el ambiente festivo se truncó: el conductor de un coche marca Hyundai invadió la isleta peatonal entre la calle Uría y la plaza de La Escandalera y arrolló a siete personas.

«Escuché un fuerte golpe y al girar la cabeza vi a la gente salir volando y un coche que proseguía la marcha a toda velocidad», relataba Álvaro, un testigo del suceso que inmediatamente corrió a atender a las víctimas. Aún con el susto en el cuerpo narraba la escena «dantesca» que acababa de vivir y cómo la Policía Nacional había interceptado al conductor a pocos metros del lugar, a las puertas del hotel Campoamor, en la calle Argüelles. Fue donde el hombre logró detener su vehículo tras perder el control.

La patrulla, que realizaba uno de sus recorridos rutinarios, presenció en vivo el atropello. El conductor, D. V. F., de 71 años, invadió la acera al esquivar precisamente al coche policial. Arrancó de cuajo un semáforo que salió disparado hasta el lado contrario de la vía, junto al edificio de Santa Lucía. Las víctimas, algunas esperaban a cruzar de espaldas a la trayectoria del coche, salieron despedidas y quedaron tendidas sobre el asfalto. El vehículo pasó a apenas centímetros del conductor de un ciclomotor que circulaba en sentido contrario y de un autobús urbano que tuvo que invadir la acera para evitar el golpe. Solo detuvo la marcha al interceptarle la Policía, aunque nada más salir del vehículo el hombre dijo que se había confundido de pedal. Había pisado el acelerador en lugar del freno. No quería huir, aseguró.

Los agentes arrestaron inmediatamente al conductor, que presentaba problemas de movilidad. Su coche era automático y para caminar precisa de un bastón. A los pocos minutos del suceso fue trasladado a las dependencias de la Policía Local. No apreciaron quienes practicaron la detención síntomas de embriaguez. Las pruebas lo corroboraron poco más tarde: dio negativo en alcoholemia y en el resto de pruebas toxicológicas. Los papeles del coche también estaban en regla.

«Un fallo humano»

El anciano prestó declaración ante la Policía Local tras el suceso. Los agentes llamaron la atención sobre el carácter distante del hombre. «No era consciente, no se acuerda de haber atropellado a nadie», explicaba ayer su abogado, Jorge García Gómez. El hombre pasó la Nochebuena en los calabozos de la Policía Nacional, quien se hizo cargo de su custodia previo paso por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Tuvieron que llevarle hasta las dependencias sanitarias para que recibiera su tratamiento de diálisis. De hecho, el hombre presenta varias enfermedades crónicas. Lleva un marcapasos y toma numerosas pastillas asociadas a las distintas patologías que padece. Estas enfermedades las enumeró ayer, tras pasar por la mañana a disposición judicial, ante la magistrada de Instrucción numero 3.

Lo primero que preguntó a nada más sentarse en la sala de declaraciones fue cómo estaban los heridos. Luego recordó lo sucedido: «Vi un coche muy cerca, me puse nervioso y sentí un vahído», declaró según informaron desde el TSJA. Aludió de nuevo a esa confusión entre el pedal del freno y del acelerador, sin poder dar una explicación para el error.

«Fue un fallo humano que lamentablemente tuvo consecuencias muy graves. Impactó contra el semáforo, que le cayó encima sobre la luna, que quedó rota, y él quedó en shock. No fue consciente de haber atropellado a nadie», insistió su letrado. Ahora está «hundido y nervioso», porque al principio «no era consciente de lo que había pasado», aclaró García. Quiso también dejar claro que no hubo ningún conato de huida. «Es falso que intentara marcharse. Solo paró cuando recuperó el control del coche. No tenía ningún motivo para marcharse. No había bebido y todos sus papeles estaban en regla».

La jueza dictó ayer, tras más de una hora de declaración, libertad con cargos para el hombre atendiendo a sus circunstancias personales y sus múltiples enfermedades. Se le imputa un delito de lesiones por imprudencia con siete perjudicados y otro contra la seguridad vial por conducción temeraria. Ha ordenado también la retirada del permiso de conducir y de circulación, y la intervención del vehículo.

Madre e hija entre las víctimas

La primera valoración médica en el mismo lugar del suceso dejaba como balance cinco heridos leves con politraumatismos y dos graves. En concreto había una mujer, C. N. F., de 37 años, de especial gravedad con un traumatismo cranoencefálico y lesiones severas en las extremidades inferiores. Tras recibir el diagnóstico hospitalario, el balance dejaba cuatro heridos graves y tres leves. Durante la tarde del miércoles las tres personas con heridas de menor consideración recibieron el alta hospitalaria y pudieron pasar Nochebuena en sus casas. La ciudad recibió la noche festiva con la confirmación de que ninguna de las vidas corría peligro.

El resto de lesionados, a excepción de la víctima en estado más grave, recibieron el alta hospitalaria a lo largo de la jornada de ayer. Solo permanece ingresada en la UCI la mujer de 37 años. Está estable con pronóstico grave y a expensas de una posible intervención quirúrgica por las lesiones sufridas en una de sus piernas. En todo caso, su vida no corre peligro.

Las víctimas van desde los 29 a los 61 años de edad, los que tenía S. N. A., uno de los atropellados. También resultaron heridos dos miembros de una misma familia, una madre e hija que paseaban por el centro de la ciudad realizando las compras navideñas. J. F. G., de 58 años, y su hija S. M. G., de 29 años, ya pasan la Navidad en casa.

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