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M. J. G. F., durante su declaración en el Palacio de Justicia, con su abogado al fondo.
La mujer detenida por el abandono de sus hijos «se puso nerviosa por la presión social»

La mujer detenida por el abandono de sus hijos «se puso nerviosa por la presión social»

La jueza de Instrucción 3 decreta prisión provisional para la madre que dejó a los tres niños solos por «un razonable riesgo de fuga»

IDOYA REY

Sábado, 27 de diciembre 2014, 00:13

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La mujer de 41 años detenida el pasado jueves, tras una semana de búsqueda, por el abandono de tres de sus hijos ingresó ayer en la cárcel de Villabona. La jueza titular de Instrucción 3, juzgado que ayer estaba en funciones de guardia, decretó de acuerdo con el Ministerio Fiscal una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza para M. J. G. F. Le imputa un delito de abandono de menores y decidió su traslado al centro penitenciario por la «gravedad de los hechos, así como por un razonable riesgo de fuga».

La magistrada interrogó a la detenida durante casi una hora, aunque la mujer no quiso relatar casi ninguno de los detalles ni las circunstancias que le llevaron al abandono de los menores. Su declaración fue «vaga y bastante imprecisa». La misma impresión que se llevaron los agentes de la Policía Nacional cuando a primera hora de ayer, en presencia de un abogado de oficio, trató de explicar su situación. Dijo poca cosa, según fuentes del caso, aunque fue más de lo pronunciado un día antes cuando fue arrestada: inicialmente se negó a declarar y al preguntarle por lo sucedido se limitó a encogerse de hombros. «La vida es así», declaró.

El día de Navidad, sobre las 13 horas, una patrulla de la Policía Nacional lograba dar alcance a la mujer en El Campillín. Andaban tras su pista desde que los vecinos de su piso de la calle de Benjamín Ortiz, en el barrio de Pumarín, dieran aviso a las fuerzas de seguridad sobre la situación de los menores. Llevaban varias horas escuchando los llantos de los niños de 3 y 2 años y el bebé de menos de un mes de vida. Al llamar, nadie abría la puerta.

Desde que los agentes descubrieran a los tres niños abandonados comenzó una intensa búsqueda que se extendió a nivel nacional. En las primeras horas del dispositivo de rastreo no había indicios del paradero de la mujer, por eso la Policía Nacional mantenía abiertas todas las hipótesis, incluso la de que estuviera muerta. El caso recibió en esas primeras horas máxima prioridad. Pero en la madrugada del domingo al lunes ya tuvieron conocimiento de la que la mujer estaba viva. Los investigadores pudieron constatar por testigos que cambiaba de lugar de residencia todos los días, que no dormía nunca en el mismo sitio y que incluso cambió de teléfono móvil varias veces para no ser localizada.

Pero el pasado jueves se conoció el lugar donde había pasado la Nochebuena. La Policía inició una intensa búsqueda por el casco antiguo llegando casi a atraparla en tres calles distintas. Se escondió en varios portales. Pero, a pesar de que iba oculta tras una bufanda, una patrulla de paisano dio con ella cuando estaba escondida en El Campillín. Al percatarse de su presencia intentó huir de nuevo. No lo logró.

«Ella está bien. Era totalmente consciente de lo que había sucedido y se puso nerviosa. La presión social le condujo a esto», explicó su abogado a la salida de los juzgados. No quiso, sin embargo, entrar en los pormenores de su declaración y apuntó a que la pena a la que podría enfrentarse oscila entre los dos y los cuatro años de cárcel. Achacó también la prisión provisional al riesgo de fuga, pues la mujer pasó una semana dando esquinazo a los agentes. Ni siquiera se ponía en contacto con su madre, a quien hasta la pasada semana llamaba a diario. Era ella, la madre de la arrestada, quien cuidaba de otro hijo de esta mujer. Además tenía otro vástago de 7 años que vive con una abuela paterna.

Tutela del Principado

Los menores fueron encontrados por los agentes con síntomas de desnutrición y tras recibir las atenciones médicas necesarias el Principado asumió su tutela. Cuando los agentes entraron en la vivienda por la ventana de un patio trasero se encontraron al bebé desnudo tendido sobre la cama. Tiritaba. Su hermana de 2 años se daba golpes contra la pared y tenía una lata de cerveza en la mano y la niña de 3 años estaba sentada con la mirada perdida. A su alrededor la casa estaba llena de basura.

Era un caso claro de abandono, tal y como ayer verificó el juzgado de guardia que se inhibirá en favor del número 2 de Oviedo, donde se encuentran abiertas la diligencias por el abandono desde el día que se encontraron a los niños.

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