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Galán, en el polideportivo de Pumarín, su rincón favorito.
«Deseo que Pumarín    siga llenándose»

«Deseo que Pumarín siga llenándose»

Comenzó a jugar a los 13 años a este deporte al que a día de hoy sigue vinculado como director deportivo del Oviedo Baloncesto, desarrollando su trabajo en el centro de Pumarín

S. RODRÍGUEZ

Domingo, 29 de marzo 2015, 00:32

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Hablar con Héctor Galán es sinónimo de baloncesto y más en su rincón singular de la ciudad. No podía ser otro lugar que un espacio que poco a poco se ha convertido en especial para muchos ovetenses que arropan cada quince días al Oviedo Baloncesto. Es el polideportivo de Pumarín. En la cancha se viven emociones trepidantes y este espacio es capaz de generar pasión, alegría, sufrimiento e incluso tristeza. Esa es la magia del baloncesto.

Comenzó a jugar a los 13 años a este deporte al que a día de hoy sigue vinculado como director deportivo del Oviedo Baloncesto, desarrollando su trabajo en el centro de Pumarín. «Aquí he vivido muchísimas cosas en los últimos años que han sido muy gratificantes», apunta Galán. Entre esas experiencias están los ascensos a LEB Plata y LEB Oro en los que el director deportivo y el resto del club tienen mucha culpa.

El recinto, además del sitio donde entrena y juega el equipo y donde Héctor pasa largas jornadas, se ha convertido en un lugar de convivencia diaria entre todos los actores protagonistas del club. «Es como una segunda casa, aquí estoy muchas horas al día desde por la mañana hasta por la tarde. Hago mucha vida por Pumarín», reconoce el exbaloncestista.

Pero antes de sentarse en un despacho ubicado camino a los vestuarios y a la entrada a la cancha del pabellón, el ahora director deportivo fue jugador del por aquel entonces Club Baloncesto Vetusta entre las temporadas 2000-2002, en una pista bastante diferente a la actual. «El suelo, las gradas, las canastas, el pabellón... Todo era distinto. Estos últimos años le ha cambiado muchísimo la cara, ahora es mucho más divertido, es un pabellón de verdad», describe.

En esa remodelada cancha se dan cita en torno a un millar de personas los viernes que el Oviedo Baloncesto juega en casa. Arropando, dando el ánimo y el calor a los jugadores en busca de la victoria. El aumento de espectadores ha ido vinculado a los buenos resultados del club: «Siempre dije que es el equipo el que tiene que traer a la gente. Al final la gente va a donde se lo pasa bien, donde disfruta y donde se gana. El primer equipo lo ha hecho muy bien en los últimos cinco años y eso ha ido enganchando a la gente. Yo trabajo para que el público venga a Pumarín y se lo pase bien».

En la actualidad el polideportivo está en obras debido a la ampliación para instalar más gradas y que alcance la capacidad de 1.500 espectadores. Seguidores que desean vivir en esa cancha unos play-off de ascenso a la liga ACB con resultado positivo al igual que el club. «Creo que hay que soñar con la ACB pero también es cierto que el equipo tiene que madurar, ir paso a paso y si se da la oportunidad intentar aprovecharla. El presidente no nos deja no soñar con ello», Galán es cauto y, pese a los deseos del ascenso, mantiene los pies en la tierra: «Lamentablemente no es solo el tema deportivo. Los últimos años ascender a la ACB es más un tema económico que deportivo», explica.

En el caso que se lograra ese salto, el escenario del equipo cambiaría ya que para estar en ACB se exige un aforo mínimo de 5.000 personas, pero por el momento la casa que siempre ha acompañado al club y a Héctor durante estos años es Pumarín: «Deseo que siga llenándose y poder hacerlo bien desde el club para que la gente siga acudiendo a este polideportivo».

El polideportivo atesora el pasado, el presente y el futuro, al menos el inmediato de Galán con el Oviedo Baloncesto y ligado a ello están las ilusiones de los afionados, jugadores, familiares y toda la entidad que hacen de la casa del club, su rincón al igual que el de Héctor Galán.

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