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Enrique Granda elige la discoteca Tribeca como su rincón de la ciudad.
«Este bar es testigo de mis primeros conciertos»

«Este bar es testigo de mis primeros conciertos»

Enrique Granda evoca los primeros años de su vida ovetense, cuando se acababa de trasladar desde Sotrondio, para escoger su rincón más especial de la ciudad

ana salas

Domingo, 19 de abril 2015, 00:41

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Enrique Granda evoca los primeros años de su vida ovetense, cuando se acababa de trasladar desde Sotrondio, para escoger su rincón más especial de la ciudad. El promotor hace repaso de las salas donde empezó a programar conciertos y escoge la discoteca Tribeca como «único testigo» de mediados de los 90, «el que sobrevive de aquella época». Stravaganzza, La Real e incluso la Santa Sebe, la última en despedirse, están cerradas. «Eran años en los que siempre había algún concierto al que ir, con tres a la vez el mismo día en cada uno de estos locales», en los que «nos organizábamos el ocio del fin de semana pensando en los grupos que iban a tocar» en la ciudad. Ahora, Granda echa de menos eso. Quizá «porque hay poca oferta y cuando la hay la gente no responde», considera sabiendo que, en los últimos años, «está apareciendo gente nueva con ideas y vuelven a activar» el panorama musical en la ciudad.

«Hubo tiempos de laguna», aquellos en los que se prohibió la música en directo y que contribuyeron a formar el escenario que describe el responsable de Santo Grial. Así es como se llamaba el bar que abrió en Sotrondio en 1989 y fue el nombre con el que quiso seguir su nueva etapa en Oviedo cuando decidió cerrarlo.

Cuenta que hubo un concierto que allí le marcó y quizá fue el que le animó a crear lo que hoy tiene. Juan Martínez, componente de Los Ruidos, había conocido en un festival a un grupo de música llamado Murciélagos Clan y Granda les propuso un bolo. «Me gustó tanto que empecé a buscar garitos por aquí y organicé una minigira por Asturias» de quienes después serían M-Clan. Más adelante se hizo con el 'management' de La Destilería y lograron «más de un centenar de conciertos en un año».

Era 1995, el mismo año que abrió su oficina en General Elorza y uno antes de que el Derrame Rock se convirtiera en una realidad. Grado fue su punto de referencia durante muchas ediciones. Está a punto de celebrar la número 20 en Orense pensando en cerrar otra etapa del festival. «Llega la hora de decir adiós al formado del Derrame Rock, tenemos que reinventarnos», considera valorando un evento para el próximo año con grupos cabeza de cartel internacionales. No sabe si volverá a Asturias o dónde celebrará el Derrame su cumpleaños número 21 animado en lo que viene.

Sentado frente a la discoteca Tribeca un día a mediodía con un café delante, sigue haciendo repaso de su vida a través de conciertos y grupos de música. «Por el camino han quedado eventos significativos como el 20 aniversario de Ilegales grabado en la plaza de la Catedral, el 20 de Barón Rojo en Bilbao, el 30 aniversario de Los Suaves en Orense y el 50 de Víctor Manuel, la última gran producción» en San Mateo del año pasado.

Desde hace dos años forma parte de la organización musical en el escenario de La Ería y considera un éxito la decisión municipal de trasladar allí grandes acontecimientos. «Es un espacio grande y profesional que te da la capacidad de seguir adelante si llueve sin que dé la sensación de estar en un recinto cerrado», evalúa. Piensa que la ciudad necesita un lugar donde programar grandes conciertos fuera de las fiestas mateínas.

Él ya prepara parte de lo que llegará a La Ería en San Mateo y promete una despedida por todo lo alto con Los Suave. «La noche más Suave» será inolvidable para muchos, asegura. Este programador, que si tiene que elegir un disco se queda con '29 años, 9 meses y 1 día' del grupo gallego, ya quiere guardarla en su memoria.

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